Desde Ljubu?ki (Bosnia-Herzegovina) (AFP)

El calentamiento global impulsa el cultivo de olivos en Bosnia

Cada otoño, el terreno de Jure Susac solía estar cubierto por una helada blanca y, a veces, por una capa de nieve.

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Una aceituna crece en un olivo cerca de Ljubuski, en Bosnia-Herzegovina, el 29 de octubre de 2022 - AFP/AFP
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Cada otoño, el terreno de Jure Susac solía estar cubierto por una helada blanca y, a veces, por una capa de nieve.

Pero hacía 28 grados centígrados cuando el viticultor y olivicultor del sur de Bosnia reunió a su familia y amigos para que lo ayudaran en la cosecha de aceitunas.

Bajo un cielo despejado y de buen talante, usaron rastrillos plásticos para peinar las ramas cargadas de frutos verdes y negros.

Horas después las olivas eran convertidas en aceite en un molino local.

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Unos trabajadores vuelcan las olivas recogidas en una almazara en Capljina, en Bosnia-Herzegovina, el 29 de octubre de 2022 (AFP/AFP)

El cambio climático causa estragos en todo el planeta, como en España, mayor productor mundial de aceite de oliva, cuyos cultivos se vieron afectados este año por una sequía.

Pero en la región de Herzegovina, en el sur de Bosnia, los olivares están en auge gracias a la subida de las temperaturas, que favorece su cultivo.

En 2015, el país balcánico produjo 303 toneladas de olivas, según cifras oficiales.

Cinco años después, la cifra triplicó a más de 985 toneladas.

"El clima ha cambiado aquí", dice Susac, de 68 años, a AFP.

"Los inviernos ya no son extremos, tampoco las primaveras. Prácticamente no hay más hielo", señala.

Pobladores dicen que la región tuvo sus últimos copos de nieve en febrero de 2012.

"Los olivares ya no están en riesgo de helar y dañarse en el invierno", explica Susac mientras observa sus árboles.

Animado por su éxito, piensa duplicar el número de olivos a 200 después de una cosecha extremadamente buena, de cinco toneladas de olivas que le rendirán unos 16 litros de aceite por cada 100 kilos.

- Burlas -

En 1989, Susac fue uno de los primeros en la región que se atrevió a sembrar olivos.

"Busqué consejos de algunos vecinos mayores que me dijeron que eso nunca se había hecho aquí, incluso se burlaron un poco", cuenta.

"Pero demostré su error", agrega Susac, quien junto a su esposa administra una propiedad de tres hectáreas a unos 30 km de la costa adriática.

Según un análisis del instituto agro Mediterráneo FAZ en el poblado sureño de Mostar, "la tendencia indica que el calentamiento global lleva los cultivos de oliva al norte".

Estadísticas meteorológicas confirman esos hallazgos.

"La extensión del período con temperaturas promedio diarias arriba de 15ºC es muy importante para las olivas", explicó Nedzad Voljevica, un agrometeorólogo del instituto meteorológico de Sarajevo.

Actualmente hay 192 días así cada año en la zona donde crecen los olivos, 18 días más que el promedio registrado entre 1961 y 1990, agregó.

Pero Susac lo considera una "ventaja de doble filo", porque las lluvias son escasas y los olivos necesitan de agua.

Pero logra salir adelante porque la zona cárstica yace sobre abundante agua subterránea en un país que, según el Banco Mundial, tiene una de las mayores reservas hídricas per cápita de Europa.

Pero al igual que muchos de los cientos de productores bosnios de oliva, todos en la región de Herzegovina, Susac perforó un pozo de 300 metros de profundidad con el cual brinda irrigación por goteo a sus plantas.

- Medallas -

El cultivo de olivos en el país de los Balcanes comenzó alrededor de 2005.

Actualmente unos 115.000 olivos cubren unas 350 hectáreas de tierra en el país, según el FAZ.

De 10.000 a 15.000 olivos son plantados cada año, dijo a AFP el jefe del FAZ, Marko Ivankovic.

La meta del instituto es alcanzar 1.000 hectáreas de olivares en los próximos años.

La producción de este año alcanza unos 300.000 litros de aceite de oliva extra virgen.

La cifra es ligeramente superior al consumo del país de 3,5 millones de habitantes, según cifras oficiales.

Bosnia es un productor menor entre las 3,1 millones de toneladas de aceite producidas anualmente en el mundo.

Sin embargo, productores locales como Susac ganan medallas en competencias internacionales, como en Croacia, líder regional del sector.

Algunos han ido más lejos.

El aceite de Mirko Skegro ha ganado la medalla del oro los últimos cinco años en la Competencia internacional de Aceite de Oliva de Nueva York, uno de los más prestigiosos del mundo.

Slavo Ramljak, quien tiene 1.300 olivos y un molino en Capljina, explica que la calidad es el resultado de la práctica de "cosecha temprana", así como de la geografía.

"Las olivas tienen mejores resultados, la mayor cantidad de polifenoles (moléculas con propiedades antioxidantes), a orillas de Mediterráneo, que es donde estamos", apunta.

"No podemos fabricar Mercedes pero podemos producir buen aceite de oliva", dice con una sonrisa el hombre de 70 años.




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