Desde Fráncfort (AFP)

El BCE se prepara para reforzar su arsenal contra el coronavirus

Tras tomar varias medidas excepcionales para limitar el impacto económico de la pandemia de coranavirus, el Banco Central Europeo (BCE) debería reforzar el jueves aún más su arsenal frente a la crisis.

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Dos personas con mascarilla caminan por la ciudad alemana de Fráncfort, con el Banco Central Europeo de fondo, el 24 de abril de 2020 - AFP/AFP
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Tras tomar varias medidas excepcionales para limitar el impacto económico de la pandemia de coranavirus, el Banco central Europeo (BCE) debería reforzar el jueves aún más su arsenal frente a la crisis.

- Bazuca inédito -

El 18 de marzo, a causa del pánico financiero y sin esperar a la reunión habitual de política monetaria, el BCE disparó su bazuca con el "programa de compras de emergencia por pandemia" (PEPP), que prevé un monto de 750.000 millones de euros de compra de deuda tanto pública como privada.

Esta respuesta inédita, pero proporcional al cataclismo económico, se añade al programa de "flexibilización cuantitativa" o "QE" desarrollado entre marzo de 2015 y fines de 2018, y que se reactivó en noviembre pasado. En total, eleva la media de compra mensual de activos para fines de 2020 a 117.000 millones de euros.

La institución presidida por Christine Lagarde echa mano a un marco flexible: el límite de "QE" que prohíbe la compra de más de un tercio de la deuda emitida por un país en concreto no se impone para el PEPP. Con el objetivo de centrar las adquisiciones en los países más afectados por la pandemia del coronavirus, como Italia.

Además, están previstas nuevas series de grandes préstamos, con intereses bajos, a los bancos, a partir de junio.

La institución acaba de anunciar además que aceptará bonos degradados a la categoría "especulativa", corrientemente denominada "podrida" (junk), como las garantías aportadas por los bancos a su liquidez de caja.

- ¿Más deuda comprada? -

Pero, aún así, la partida está lejos de ser ganada y el BCE podría verse obligado a hacer más "para impresionar a los mercados y calmar las crecientes inquietudes sobre la sostenibilidad de la deuda", considera Ludovic Subran, economista jefe en Allianz.

Esto, sobre todo, porque los sistemas de seguridad desplegados por los Estados para evitar una ola de quiebras y, por lo tanto, de despidos, crearán una deuda pública vertiginosa, calculada en un billón de euros sólo para Alemania, Francia, Italia y España.

Además, una ampliación del PEPP podría revelarse esencial y ser discutida desde el jueves, según Capital Economics.

Una opción sería incorporar los bonos "podridos" a los programas de compra de deuda, lo que ha estado prohibido hasta la fecha. Salvo que el BCE levante esta barrera jurídica por voluntad propia.

- Pistas menos posibles -

El BCE esconde un arma forjada en 2012 pero hasta ahora jamás utilizada, las OMT, o sea, compra de deuda ilimitada dirigidas hacia un estado concreto. Pero la condición para activarlas sería que el país en cuestión acepte ser objeto de un programa de ayuda europea, algo que no parece que vaya a ocurrir.

En cuanto a la compra de la deuda al estado directamente y no en el mercado secundario, sigue estando prohibida por el Tratado Europeo, recordó recientemente Lagarde.

En cambio, el BCE siempre puede reducir su "tasa de depósito", gravando la liquidez que los bancos deciden confiarle, en lugar de distribuirla en forma de créditos. Ésta se mantuvo durante marzo en -0,50%, pero el BCE debería recordar, el jueves, que se reserva la potestad de aplicar nuevas reducciones para apoyar al crédito.

- Llamado a los Estados -

Lagarde advirtió a los 27, el jueves, durante una cumbre de la UE, contra el riesgo "de actuar de manera insuficiente y demasiado tarde", afirmando que teme que el bloque europeo tenga que hacer frente a su mayor recesión desde su creación.

Pero, nada concreto surgió de esta reunión, marcada por viejas divisiones entre los Estados, ya presentes tras la crisis financiera de 2009.

Esto deja presagiar que el jueves la exdirectora del FMI hará de nuevo un llamado firme a los Estados para que el BCE no se quede solo intentando salir al rescate de la zona euro.




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