El apetito de China y Japón por la anguila dispara el tráfico ilegal en Europa
La anguila, una especie en peligro de extinción, es objeto cada año de un tráfico ilegal en Europa valorado en miles de millones de euros, debido en particular al interés culinario que suscita en China y Japón.
La demanda de alevines de anguila se ha disparado en Asia, donde este pez se considera a la vez una exquisitez y un afrodisíaco - AFP/AFP/Archivos
La anguila, una especie en peligro de extinción, es objeto cada año de un tráfico ilegal en Europa valorado en miles de millones de euros, debido en particular al interés culinario que suscita en China y Japón.
Las reservas de la anguila europea (Anguilla anguilla) se desplomaron un 90% en las últimas tres décadas debido a factores como la construcción de diques y la contaminación del agua y los expertos temen que las bandas criminales acaben firmando su desaparición.
Frente a la captura legal e ilegal de centenares de toneladas de anguilas cada año, las autoridades tomaron algunas medidas, como su inclusión en la convención internacional CITES que regula el comercio de especies en peligro fijando cuotas nacionales estrictas.
El principal problema es la explosión de la demanda asiática, donde este pez es considerado a la vez una exquisitez y un afrodisíaco, según Michel Vignaud, director de regulación pesquera de la Agencia nacional de la Biodiversidad de Francia, que recuerda que la exportación de anguilas fuera de la UE está prohibida.
Las anguilas crecen luego en piscifactorías hasta alcanzar su tamaño adulto, que puede ser de hasta 1,50 metros (AFP/AFP/Archivos)
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló que en 2016 China produjo casi 250.000 toneladas de anguilas para su consumo, muy por delante de Japón -donde se asocia además con la fertilidad y la buena suerte-, y de la UE.
En este último territorio, unas 100 toneladas de alevines de anguila (anguilas de vidrio o angulas) son traficados hacia el exterior, según la agencia europea Europol.
Capturados vivos en Europa Occidental, los alevines de anguila son transportados hacia el este en camiones, donde las bandas criminales los colocan en maletas en las que caben hasta 50.000 ejemplares para enviarlos a Asia a bordo de aviones comerciales.
Los peces crecen luego en piscifactorías hasta alcanzar su tamaño adulto -hasta 1,50 m- y acaban siendo vendidos en el mercado por unos 10 euros la unidad.
"Los precios varían (...) pero estamos hablando de miles de millones (de euros). En términos de valor, es el mayor crimen cometido contra una especie salvaje en la Tierra", afirmó a la AFP Andrew Kerr, presidente del Grupo Anguilas Sostenibles, que trabaja para la conservación de la especie.
- Cuotas controvertidas -
Además del tráfico ilegal, grupos como Robin des Bois militan por una reducción de las cuotas de pesca. Según su directora, Charlotte Nithart, la cuota de 60 toneladas anuales fijada en Francia está contribuyendo al declive de la especie.
"Queremos eliminar o al menos reducir drásticamente las cuotas de pesca y reforzar los medios para luchar contra el tráfico ilegal", dijo.
En los últimos años, Europol llevó a cabo grandes operaciones, como el desmantelamiento en abril pasado por parte de la policía española de una banda de contrabandistas que estaba en posesión de 350 kilos de alevines de anguila.
Pero pese a estas operaciones y a varios juicios contra estos delitos, las asociaciones estiman que las penas siguen siendo poco ejemplares comparadas con las que se aplican a otros tipos de contrabando.
"Europol puede actuar a nivel aduanero pero no hay ninguna fuerza de intervención europea para luchar contra el contrabando y los contrabandistas", lamentó Nithart.