Cuba y Sherrit de Canadá, van por más níquel y electricidad

Cuba y la empresa canadiense Sherritt International, que opera hace más de dos décadas en la isla, coincidieron al mas alto nivel en La Habana en aumentar sus negocios en minería del níquel, generación eléctrica y prospección petrolera.

El mandatario Miguel Díaz-Canel y el presidente de Sherritt, Leon Binedell, dialogaron el viernes en el Palacio de la Revolución sobre "profundizar la participación de esta compañía en el desarrollo económico de Cuba", informó el diario oficial Granma en su primera plana.

Esa participación, dijo, sería "sobre todo en actividades como la minería, la prospección petrolera y la generación de energía", donde ya tiene inversiones.

Binedell, de origen sudafricano, visitó Cuba en octubre, poco después de asumir la presidencia de Sherritt.

Sherrit mantiene la empresa mixta Moa Nickel S.A. con el estado cubano para la explotación del níquel, principal producto de exportación de la isla, desde hace más de dos décadas, en la oriental provincia de Holguín.

Según el oficial Anuario Estadístico de Cuba, las exportaciones de productos de la minería fueron de 746 millones de dólares en 2017, las que cayeron a 623 millones en 2020, afectadas por la pandemia de covid-19.

Según la agencia cubana prensa Latina, "el complejo minero en Moa, Holguín, en el noreste de Cuba, produce cerca de 35 mil toneladas anuales de níquel más cobalto y la aspiración de los inversionistas es elevar la cifra en un 20 por ciento para enfrentar la demanda del mercado".

Los precios del níquel se han disparado en 2022 debido a una creciente demanda para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, y la cotización en el mercado mundial sobrepasa los 28.000 dólares por tonelada.

Sherritt también mantiene en el occidente de la isla plantas de generación eléctrica a partir del gas de los cercanos pozos de petróleo.

Estos negocios, dijo Granma, tienen potencialidades "aun en medio del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos", que particularmente afecta las ventas de níquel cubano, pues limita las importaciones a su mercado de productos con contenido de ese metal cubano.