Cuarta ola de despidos en Bombardier en 18 meses
Debilitado por el retraso en la fabricación de su nuevo aparato CSeries y la caída de las ventas de aviones privados, el grupo canadiense Bombardier anunció el jueves la cuarta serie de despidos en 18 meses, en su rama aeronáutica.
Debilitado por el retraso en la fabricación de su nuevo aparato CSeries y la caída de las ventas de aviones privados, el grupo canadiense Bombardier anunció el jueves la cuarta serie de despidos en 18 meses, en su rama aeronáutica.
Esta vez son 1.750 los despidos programados por el fabricante de aviones y materiales ferroviarios, de los cuales casi un millar en la región de Montreal, 480 en Toronto y 280 en Belfast (Irlanda del Norte), entre junio y el inicio de 2016.
En total, desde diciembre de 2013 Bombardier ha anunciado 6.500 despidos, equivalente al 16% de los 38.250 empleados que tenía entonces.
La caída de los pedidos de aviones privados, fundamentalmente los de la línea Global (5000 y 6000), aparatos con 8 a 10 lugares, requiere "adoptar medidas para adaptar nuestro ritmo de producción a la desaceleración constatada recientemente en algunos mercados internacionales", indicó Éric Martel, director de esta división.
En enero, Bombardier había decidido suspender su programa Learjet 85, un módulo que puede llevar de 6 a 8 pasajeros, atribuyéndolo a "la desaceleración económica".
Además de la reducción de las entregas el año pasado, la rama de aviones privados sufrió una caída de los pedidos en los primeros tres meses del año, cuando solo se compraron 19 aparatos, contra 27 unidades en el mismo periodo del año pasado.
Para el director de esta división en el origen de la baja de estos pedidos está "la situación económica actual y los desafíos geopolíticos en algunos mercados, entre los cuales América latina, China y Rusia".
- Reducir costos -
Pero los problemas del grupo también se explican por la apuesta más arriesgada de lanzar un avión completamente nuevo, el CSeries, en un sector en el que ya hay mucha competencia entre Boeing y Airbus.
La salida de los aviones de fuselaje estrecho CS100 y CS300, en un mercado dominado por los Boeing 737 y los Airbus A319 o A320, ha sufrido varias postergaciones.
El costo del programa se ha desviado en 2.000 millones de dólares y se cifra actualmente en 5.400 millones. La compañía Swiss (grupo Lufthansa) será el primer cliente en explotar el CS100, todavía a la espera de ser certificado y con un probable retraso de casi dos años sobre el calendario inicial.
Estas dificultades acumuladas repercuten en las cuentas del grupo canadiense, que sufrió una pérdida de 1.200 millones de dólares el año pasado. Con esas cifras, la compañía se ve obligada a reducir sus costos de producción y por lo tanto, efectivos.
El presidente de Bombardier, Alain Bellemare, nombrado en febrero en el cargo, ya había dado la semana pasada señales de este recorte de personal al prometer a los accionistas una mejora en la rentabilidad.
En su misión de sanear la situación financiera de Bombardier y tener dinero en caja, Bellemare decidió ceder en el mercado bursátil una participación minoritaria de su división de materiales ferroviarios, Bombardier Transport, antes de fin de año.
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