Desde Tokio (AFP)

Comisión Ballenera interroga a Japón por programa científico

El programa de Japón para cazar ballenas en el Antártico con fines científicos fue cuestionado por un panel de expertos de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que pidió a Tokio más información.

Japón,pesca,ballenas,medioambiente,justicia
Una ballena gris en la laguna Ojo de Liebre, estado de Baja California Sur, el 3 de marzo de 2015 en México - AFP/AFP/Archivos
Anterior Siguiente
Síguenos en Google News

El programa de Japón para cazar ballenas en el Antártico con fines científicos fue cuestionado por un panel de expertos de la Comisión Ballenera internacional (CBI), que pidió a Tokio más información.

La adopción de esta medida por parte del CBI representa un nuevo revés para Japón, cuyo programa de investigación ya había sido cuestionado el año pasado por la corte internacional de Justicia (CIJ), a petición de Australia.

Los expertos consideran que Japón debe aportar más análisis y más argumentos para justificar su programa de caza de ballenas con fines científicos.

Tokio se puso el objetivo de 333 ballenas Minke para su futura caza en el Antártico, lejos de las 900 planteadas en un programa precedente.

Japón considera que la población mundial de ballenas, particularmente la de ballenas Minke, es lo suficientemente importante como para poder soportar este objetivo.

El país nipón afirma que su programa permitirá una mejor comprensión de los ecosistemas marinos de el Antártico.

La CIJ ya consideró en marzo de 2014 que Japón había interpretado de forma abusiva una exención prevista por la moratoria de 1986 sobre la caza de ballenas si ésta se realiza con fines científicos.

Tras el veredicto del tribunal, que concluyó que Japón estaba persiguiendo objetivos comerciales con pretextos científicos, el país tuvo que renunciar la caza con arpones en el Antártico en la temporada 2014-2015.

En respuesta a los expertos, Japón se comprometió a aportar más información para mostrar que su programa es razonable.

Noruega e Islandia son los únicos países del mundo que autorizan la caza de ballenas, que cada año acaba con la vida de cientos de cetáceos, víctimas de los arpones.




Este sitio usa imágenes de Depositphotos