Desde La Habana (AFP)

Burocracia y embargo de EEUU: el freno a la inversión extranjera en Cuba

A dos años de iniciar su acercamiento con Estados Unidos, Cuba atrae a inversionistas extranjeros, pero el embargo estadounidense y la burocracia de la isla están frenando la llegada de capitales cada vez más necesarios para la economía cubana.

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Feria Internacional de La Habana el 1 de noviembre de 2016 - AFP/AFP
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A dos años de iniciar su acercamiento con Estados Unidos, Cuba atrae a inversionistas extranjeros, pero el embargo estadounidense y la burocracia de la isla están frenando la llegada de capitales cada vez más necesarios para la economía cubana.

En junio de 2014, el gobierno de Raúl Castro dio uno de los pasos más decisivos en el proceso de "actualización" del obsoleto modelo centralizado, al expedir una ley que abrió las puertas al capital foráneo.

Según cálculos oficiales, Cuba necesita más de 2.000 millones de dólares anuales de inversión extranjera directa para apuntalar su cauta apertura económica y garantizar un crecimiento sostenido.

Pero en estos dos años solo ha firmado 83 proyectos por 1.500 millones de dólares, y la mayoría de ellos aún no está en ejecución.

"Todavía no se avanza en cuanto a concreción de negocios al ritmo que requiere nuestra economía", reconoció el martes el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, en la Feria internacional de La Habana (Fihav), que este año registró el récord de 4.500 expositores de 75 países.

El embargo estadounidense, por un lado, y una burocracia poco preparada para el trato con los inversionistas, por el otro, atenazan al capital extranjero.

Para el gobierno, la principal causa es el castigo que desde 1962 aplica Estados Unidos y que sanciona el comercio con la isla, donde el estado controla el 80% de la actividad.

Según el portal independiente Cuba Standard, los potenciales inversores son disuadidos fundamentalmente por el embargo, el exceso de reglas y la ineficiencia de las empresas estatales. Una mezcla que puede tornar eterna cualquier negociación.

Malmierca admitió que "los empresarios cubanos, a veces por falta de preparación, dudan a la hora de tomar decisiones", y prometió aumentar su eficacia, autonomía, y mejorar "el ambiente para los inversionistas".

- "Vieja mentalidad" -

Tras su llegada al poder hace 10 años, Raúl Castro abrió la economía a los pequeños negocios privados, pero todavía no libera la actividad de pequeñas y medianas empresas.

En cambio, las cooperativas han recibido más impulso, en sintonía con la vieja guardia de la revolución. El país aprovechó su nueva imagen para condonar la mayor parte de su deuda y obtener condiciones favorables de pago para el resto.

Todavía muy influyentes, los líderes cubanos más ideológicos cuestionan la decisión de la administración de Barack Obama de "empoderar" al sector privado, porque ven tras ello el intento velado de generar un cambio político.

Las autoridades lanzaron en la Fihav una versión actualizada del "portafolio de negocios" para atraer inversión extranjera, que ofrece 395 proyectos en 14 sectores por un monto total de 9.500 millones de dólares, pero ninguno enfocado a la iniciativa privada local.

"La lógica de la seguridad nacional" hace que "el crecimiento económico del país se vea limitado por la falta de coherencia y complementariedad de los cambios económicos adoptados", explica a la AFP el politólogo cubano de la Universidad de Texas, Arturo López-Levy.

Para el exdiplomático y académico cubano, Carlos Alzugaray, Cuba deben romper con su "vieja mentalidad", tomar el camino "de la descentralización" y aceptar "que el sector privado tiene que jugar un papel de más peso" y ser tratado como "socio en igualdad de condiciones".

La isla es un destino atractivo para la inversión: mano de obra barata y calificada, alta demanda, y un país donde "todo está por hacer", dijo a la AFP el economista cubano Pavel Vidal, quien coordinó el estudio publicado por Cuba Standard.

Favorecidas por el deshielo, empresas estadounidenses como Netflix, Starwood, y varias líneas de cruceros y aéreas comenzaron sus actividades en Cuba.

En la zona especial del megapuerto del Mariel (45 km al oeste de La Habana), que ofrece condiciones fiscales ventajosas, 19 proyectos fueron firmados con empresas cubanas y extranjeras, 11 de ellos este año.

El gigante francés Bouygues, constructor de varios hoteles en la isla, acaba de firmar junto con el operador aeropuertos de París un contrato para ampliar y gestionar el aeropuerto internacional de La Habana.

Otros empresarios extranjeros dicen estar listos para entrar en el mercado cubano.

"Queremos ser los primeros en estar acá (...) Estamos apostando por el futuro", explica Diego Aldunate, director para América Latina de la empresa de pinturas Rust-Oleum, una de las 24 compañías de Estados Unidos que participa en la Fihav.




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