Desde Washington (AFP)

Biden debe decidir sobre el futuro de un importante proyecto petrolero en Alaska

El gobierno de Estados Unidos debe decidir próximamente si dará luz verde a un importante proyecto petrolero en Alaska, fuertemente criticado por asociaciones de defensa del medioambiente y que tiene al presidente Joe Biden bajo presión.

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El Presidente de EEUU, Joe Biden, en México en enero de 2023 - AFP/AFP/Archivos
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El gobierno de Estados Unidos debe decidir próximamente si dará luz verde a un importante proyecto petrolero en Alaska, fuertemente criticado por asociaciones de defensa del medioambiente y que tiene al presidente Joe Biden bajo presión.

Desde que llegó al poder, el mandatario demócrata prometió no autorizar nuevas perforaciones de petróleo y gas en tierras federales.

Pero ahora se encuentra inmerso en una antigua batalla sobre el llamado proyecto Willow, del gigante petrolero estadounidense ConocoPhillips.

El proyecto fue temporalmente aprobado por la administración de su antecesor, Donald Trump, antes de ser detenido en 2021 por un juez que lo devolvió para otra revisión del gobierno.

Biden reconoce la "amenaza existencial" que representa el cambio climático, y ha tomado varias medidas a favor del desarrollo de energías renovables, por lo que autorizar la explotación petrolera sería visto por muchos como una traición.

Sobre todo porque las perforaciones serían realizadas en una zona salvaje al norte de Alaska, en el Ártico, en donde las temperaturas se calientan mucho más rápido que en el resto del planeta.

Lo que ha llevado a Greenpeace a afirmar que "si es aprobado, el proyecto Willow se transformaría en el mayor proyecto de extracción de petróleo en tierras federales en Estados Unidos" y lo califica de "bomba de carbono".

En tanto, una petición en línea recogió más de tres millones de firmas y el hashtag #StopWillow había sido visto más de 150 millones de veces hasta el jueves en TikTok.

Pero los defensores del proyecto aseguran que sería una fuente de empleo, una contribución a la independencia energética de Estados Unidos y, en algunos casos, un paso inevitable en la transición hacia otras fuentes de energía.

A principios de marzo, tres representantes de Alaska, tanto del partido republicano como del demócrata en el Congreso, se reunieron con Biden para pedirle que apruebe la explotación petrolera, que cubriría, según ellos, 0,002% de la reserva petrolera de Alaska.

"Esperamos que el gobierno escuche las voces de nativos de Alaska (...) de dirigentes de sindicatos y de trabajadores dispuestos a reforzar la economía de Alaska", declararon los legisladores en un comunicado posterior a la reunión.

Entre las alternativas estudiadas por la oficina de Administración de Tierras (BLM en inglés) destaca una "privilegiada" que reduce de cinco a tres la cantidad de sitios de perforación: lo que dejaría unos 219 pozos y una producción de 576 millones barriles de petróleo en 30 años, para 9,2 millones de toneladas de CO2 anual.

Una opción "saludada" por ConocoPhillips que la considera como un "camino viable".

Sin embargo, el Departamento del Interior, que supervisa el BLM, ha declarado tener "importantes preocupaciones" sobre "las emisiones directas e indirectas de gas de efecto invernadero" que conllevaría esta "alternativa privilegiada".

Biden prometió reducir los gases efecto invernadero de Estados Unidos de 50 a 52% de aquí al 2030, con respecto a los de 2005.




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