Basora cuenta con el fútbol para dinamizar su economía, basada en el oro negro
Recientemente autorizado por la FIFA para albergar partidos internacionales, Irak pretende aprovechar esos eventos para relanzar su sector servicios y el turismo, especialmente en Basora, rica región petrolera que busca diversificar su economía.
El estadio de Basora, en el sur de Irak, el 23 de marzo de 2018 - AFP/AFP
Recientemente autorizado por la FIFA para albergar partidos internacionales, Irak pretende aprovechar esos eventos para relanzar su sector servicios y el turismo, especialmente en Basora, rica región petrolera que busca diversificar su economía.
Con un estadio ultramoderno con capacidad para 65.000 espectadores, la ciudad costera cuenta con un gran activo: es la más rica en hidrocarburos del país, pero también una de las mejor dotadas en infraestructuras.
El pasado 28 de febrero, durante un partido ante Arabia Saudita sin precedente en los últimos 40 años, el estadio, cuya estructura semeja al tronco de una palmera, el árbol nacional, vivió un lleno absoluto. Días después volvió a completar aforo para un torneo entre las selecciones de Irak, Siria y Catar.
Todos esos partidos fueron amistosos, los únicos permitidos entonces por la FIFA sobre suelo iraquí. Sin embargo, a mediados de marzo la instancia del fútbol mundial decidió levantar una prohibición que databa de los años 90, y autorizó de nuevo a Irak a celebrar partidos internacionales oficiales.
Seguidores de la selección anfitriona durante un partido amistoso entre Irak y Catar, el 21 de marzo de 2018, en Basora (sur de Irak) (AFP/AFP/Archivos)
El permiso se limita por el momento a tres ciudades: Erbil, la capital de Kurdistán en el norte, Kerbala, ciudad santa chiita al sur de Bagdad, y Basora, cuyo estadio costó 1.000 millones de dólares en 2013.
En cada uno de esos partidos los hoteles agotaron sus habitaciones. Los restaurantes y bares también multiplicaron sus servicios.
Los días de partido, "la cifra de negocios aumenta significativamente", indica Tony Dib, que regenta el Sheraton de Basora. Y ante los próximos partidos, "hará falta que los inversores piensen en construir nuevos hoteles porque los existentes no son suficientes", asegura.
- Empresarios y aficionados -
En Basora, los clientes de los hoteles son generalmente empresarios que trabajar en el sector petrolero. Pero desde hace poco deben cohabitar con otro tipo de huéspedes.
Con ocasión del torneo amistoso con Siria y Catar "hubo que realojar a clientes que llegaron por negocios para dejar sitio a los llegados para el partido", afirma el vicepresidente de la cámara de comercio de Basora, Qasem al Saadi.
Estos partidos tuvieron "un impacto positivo en la economía" de la ciudad situada a más de 500 kilómetros al suroeste de la capital Bagdad, se felicitó Asaad al Aydani, el gobernador de Basora.
Este impulso a la actividad económica de la zona llevará a las autoridades locales y centrales "a apoyar más proyectos de inversión económica" en la ciudad fronteriza con Irán y Kuwait, augura el dirigente.
Los transportes ya se han adaptado a la nueva situación. La compañía aérea nacional ofreció vuelos suplementarios durante la semana que duró el torneo, al igual que los ferrocarriles, en los que se desplazaron más de 7.000 personas desde Bagdad.
"La víspera de cada partido, la empresa de ferrocarriles moviliza tres trenes de 1.500 plazas entre Bagdad y Basora", afirma a la AFP Hadi Challal, al frente de la empresa en la zona sur del país. Lo mismo ocurre en el trayecto opuesto, para el que se venden miles de billetes a seis dólares.
Las perspectivas son optimistas para Basora, indica Aydani, con la mente puesta en la Copa del Golfo-2024 "que espera albergar" la ciudad.
Aunque, previene Saadi, hará falta realizar grandes inversiones para que eso ocurra.
"Si no conseguimos hacer frente a la afluencia para un pequeño torneo, ¿cómo podremos estar a la altura para la Copa del Golfo?", se interroga.