Desde París (AFP)

Ante el coronavirus, el boom de las cámaras térmicas

Desde aeropuertos, hasta autobuses, hoteles o fábricas, las cámaras térmicas están invadiendo los lugares de tránsito para luchar contra la propagación del coronavirus en el mundo y los fabricantes registran pedidos récord.

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Un sistema de cámara térmica monitorea el calor corporal de los pasajeros en una estación de ferrocarril en la ciudad sudoriental de Daegu, Corea del Sur, el 21 de febrero de 2020 - AFP/AFP
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Desde aeropuertos, hasta autobuses, hoteles o fábricas, las cámaras térmicas están invadiendo los lugares de tránsito para luchar contra la propagación del coronavirus en el mundo y los fabricantes registran pedidos récord.

"Es un acontecimiento mundial que cambia la situación", explica Eran Bluestein, director comercial de la sociedad israelí Opgal, que como la mayoría de empresas que venden cámaras térmicas está desbordada por pedidos del mundo entero.

"Las primeras reservas que teníamos al inicio de la crisis se agotaron en 24 horas y el ritmo sigue constante", afirma.

tas dos empresas, los pedidos van hasta abril y la agenda podría ampliarse en función de la propagación del virus.

En 2003, cuando estalló la epidemia de Sras, el aeropuerto de Singapur fue el primero en el mundo en equiparse con cámaras térmicas para rastrear a las personas con fiebre, subraya la Organización Mundial de la salud (OMS).

Estos dispositivos mejoraron después, impulsados en algunas regiones por crisis como la de la epidemia de la fiebre hemorrágica Ébola en África subsahariana entre 2014 y 2016 y luego en 2018, en República Democrática del Congo.

Desde 2003, el precio de las cámaras "bajó mucho", subraya Eran Bluestein.

Aunque "los sistemas profesionales valen más, cuando los aeropuertos requieren otros equipos", y menciona precios que van de entre 1.500 a 15.000 euros.

Las mediciones realizadas por ese tipo de cámaras son extremadamente precisas.

David Billon-Lanfrey, director de estrategia de la compañía francesa Lynred, que fabrica sensores para este tipo de cámaras, dice percibir "un alza de la demanda" de los fabricantes de cámaras pero no cree que aumenten sus ventas durante el año.

Muchas infraestructuras están interesadas por esos dispositivos, empezando por los lugares de tránsito, como transportes públicos, hospitales o hoteles.

"Eso hace posible reemplazar el control humano", dice Eran Bluestein, y evita, por ejemplo, que se ponga en cuarentena a todo un hotel cuando solo hay una sola persona contaminada, detectada gracias a las cámaras

Incluso los gobiernos recurren a cámaras térmicas. A comienzos de febrero el Kremlin anunció que toma sistemáticamente la temperatura de los participantes en los actos donde participa Vladimir Putin por temor al coronavirus.

Todos no optan por esta solución, y algunos se oponen como Francia.

"Todos los expertos coinciden en afirmar que es una falsa seguridad. Es un símbolo que no sirve para nada, salvo satisfacer a la población", dijo en enero Agnès Buzyn, cuando todavía era ministra de Sanidad.

La Organización Mundial de la salud (OMS) tampoco tiene esta solución como prioridad, señaló Buzyn al subrayar los límites del sistema. "Los portales térmicos no pueden detectar personas infectadas, pero solo las que no tienen fiebre".

Además, personas que toman medicamentos para disminuir sus temperaturas cruzan sin ser detectadas. Y además tener la fiebre no significa ser portador del coronavirus.




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