Desde Berlín (AFP)
Alemania ve en la demanda griega un punto de partida para negociar
La demanda del Gobierno griego de prorrogar la ayuda de sus socios europeos no es aún suficiente, pero debe ser el punto de partida para otras conversaciones, declaró este viernes una portavoz de la canciller Angela Merkel, abriendo la vía a un posible acuerdo con Atenas.
20 de febrero de 2015

El presidente del Eurogrupo, el ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, estrecha la mano al ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, el 17 de febrero de 2015 en Bruselas - AFP/AFP/Archivos
La demanda del Gobierno griego de prorrogar la ayuda de sus socios europeos "no es aún suficiente", pero debe ser "el punto de partida para otras conversaciones", declaró este viernes una portavoz de la canciller Angela Merkel, abriendo la vía a un posible acuerdo con Atenas.
"En opinión del Gobierno alemán [la demanda griega], no es aún suficiente" dijo esta portavoz, Christiane Wirtz, en un encuentro con la prensa en Berlín, pero "está considerada como un punto de partida para otras conversaciones", añadió.
Horas antes, el Gobierno de Grecia negó haber renunciado a sus compromisos electorales en su última propuesta a la zona euro sobre la prórroga de su plan de financiación, que será examinada por la tarde en una reunión en Bruselas.
"No hemos dado marcha atrás en lo referente a nuestras líneas rojas" aseguró el portavoz gubernamental Gabriel Sakellaridis, refiriéndose a cuestiones que Atenas considera no negociables, a la televisión ANT1.

El portavoz se declaró "optimista" sobre la posibilidad de un acuerdo con sus socios europeos durante la reunión que el Eurogrupo (los ministros de finanzas de la zona euro) mantendrá a partir de las 14h GMT, aunque "no se puede estar seguro", precisó.
"Si el Gobierno hubiera dado un giro de 180 grados, habríamos firmado [un acuerdo] hace diez días", en las dos precedentes reuniones del Eurogrupo, en las que no se logró un compromiso.
El portavoz dijo que la demanda de Grecia de extensión de su financiación europea "no es una demanda de extensión del programa" de rescate, que supone contrapartidas de austeridad, "ni de la evaluación" de sus acreedores (UE, BCE, FMI).
En una carta dirigida el jueves con su propuesta al Eurogrupo, el Gobierno de Grecia hizo algunas concesiones, entre ellas aceptar la "supervisión" de sus acreedores o comprometerse a evitar "cualquier acción unilateral" que socave sus objetivos presupuestarios.
A cambio, reclamó cierta "flexibilidad" que permita rectificar las medidas de austeridad más dolorosas, tal como prometió Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro heleno, durante su campaña electoral. El término "flexibilidad" será, sin duda, muy debatido, debido al temor de varios países a que Grecia lo emplee para no cumplir sus compromisos.
Apenas recibida la solicitud de extensión, el Ministerio alemán de Finanzas, lo rechazó con sequedad y dijo que no veía ninguna "solución sustancial". Dicha posición fue matizada luego por el ministro de Economía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, que habló de una "base de negociaciones".
Varios columnistas de la prensa griega consideraban este viernes que el Ejecutivo elegido el 24 de enero ha hecho importantes concesiones respecto a su posición de partida.
"La gente se preocupa" según un columnista del diario de centro-izquierda Ethnos, "siente que el Gobierno ha empezado a ceder bajo la presión alemana y tiene la impresión de que esa tendencia irá a más".
Sin un acuerdo, Grecia corre peligro de encontrarse rápidamente sin fondos y empujada a la salida de la zona euro. Perspectiva que inquieta, sobre todo a EEUU, donde un alto funcionario del Tesoro advirtió de un posible "auge de la incertidumbre".
La reunión del Eurogrupo, la tercera en menos de diez días, debe desembocar en un acuerdo sobre la prórroga del programa de ayuda griego, que expira el 28 de febrero. El tiempo acucia, porque varios Parlamentos nacionales deberán refrendarlo después.
Grecia quiere pasar página de la austeridad. Pero Alemania, con la inflexibilidad que encarna su ministro de Finanzas, el conservador Wolfgang Schäuble, exige que Atenas siga saneando sus finanzas públicas y lleve a cabo las reformas estructurales que le exigieron a cambio de dos planes de apoyo por valor de 240.000 millones de euros.
Berlín no está solo, cuenta con el respaldo de Finlandia y de los países bálticos al norte, así como de España y Portugal al sur. Pero la que "bloquea" es Alemania, confió este jueves una fuente europea. "Es cierto que existe un problema de personas", entre Wolfgang Schäuble y su homólogo griego, Yanis Varufakis, y la prensa reseña desde hace días las tensiones entre ambos hombres.