Batalla del puente de Abancay

día en PerúCategoría: Efemérides | 12 de julio
Anterior Siguiente
Calendario en Google News

En esta fecha se recuerda la Batalla de Abancay, que enfrentaba a las fuerzas de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, la cual dio inicio a la Guerra Civil entre los conquistadores del Perú.

batalla de abancay


La Batalla de Abancay, conocida también como la Batalla del puente de Abancay, fue una batalla librada el 12 de Julio de 1537 a orillas del río Abancay (afluente del río Pachachaca), entre las fuerzas de Francisco Pizarro, lideradas por Alonso de Alvarado y las de Diego de Almagro, encabezadas por Rodrigo Orgóñez.

El vencedor fue el ejército de Almagro, ayudado por Pedro de Lerma, que se pasó a su bando en plena batalla, y por Paullu Inca, de la realeza inca. Esta batalla dio inicio a la Guerra Civil entre los conquistadores del Perú.

A principios de 1537, el gobernador Francisco Pizarro se hallaba en Lima, donde acababa de repeler el ataque de las tropas incaicas de Quizu Yupanqui. Al estar cortadas las comunicaciones con el interior, Pizarro ignoraba sobre los sucesos que en esos momentos ocurrían en el Cusco, esto es, la finalización del cerco de la ciudad por Manco Inca, y la llegada de Diego de Almagro de su fracasada expedición a Chile.

Creyendo que aún continuaba el cerco incaico del Cusco, envió a Alonso de Alvarado con 500 soldados españoles, con la misión de pacificar toda la región y apoyar a los españoles que aún estuvieran defendiéndose en el Cusco. Segundo en el mando fue designado Pedro de Lerma, quien quedó muy ofuscado pues había esperado que Pizarro le nombrara a él como jefe de la expedición.

En la madrugada del 12 de julio de 1537, Orgóñez atravesó con su caballería el vado principal del río; la corriente era muy rápida y algunos de sus hombres murieron ahogados. Alertado por el ataque, Alvarado en su afán por defender a los suyos, fue acorradalado por los almagristas. Trató de alentar a los suyos, fue en vano pues unos huyeron y otros se rindieron; él mismo intentó huir, pero fue alcanzado y apresado. Orgóñez quiso decapitarlo pero Almagro se opuso. Alvarado permaneció prisionero en el Cusco; poco después se fugaría.

El encuentro fue breve. Los vencedores festejaron ruidosamente el triunfo que tan pocas vidas les había costado: de los pizarristas murieron 3 ó 4, mientras que los almagristas tuvieron similar número de bajas, gente que se ahogó en el cruce de Abancay.

 




Este sitio usa imágenes de Depositphotos