La figura de Fernando Belaunde Terry es abordada desde diferentes ángulos en El desafío de construir, donde más de una veintena de voces trazan el perfil humano y político del dos veces presidente constitucional del Perú.
El libro, editado por el Fondo Editorial del Congreso, es un esfuerzo de la comisión formada para celebrar el centenario del nacimiento del exmandatario, la cual fue presidida por el congresista Mesías Guevara Amasifuen, compilador de los textos.
Se advierte en El desafío de construir una voluntad de unir la persona a la profesión de una doctrina, y esta última a la puesta en marcha de un programa de gobierno. Desde esa perspectiva, la semblanza personal, la exposición ideológica y el análisis retrospectivo de los dos mandatos de Fernando Belaunde comparten en el libro el mismo nivel de importancia.
El testimonio abarcará, en consecuencia, la interioridad del hombre, las ideas centrales que lo inspiraron y las políticas de Estado a que, en su momento, dieron lugar. Buena parte de la historia política peruana del siglo XX queda retratada en el camino.
Como fundador y cabeza de Acción Popular, partido nacido en 1956, Belaunde postuló una filosofía política que enlazaba los valores modernos de la conquista material, la tecnología y el progreso con la tradición cooperativista y la voluntad económica planificadora del Antiguo Perú.
Tal mestizaje conceptual es tratado a fondo en el texto de Francisco Miró Quesada Rada y motiva asimismo las colaboraciones de Yehude Simon, Gastón Acurio Velarde, Sandro Mariátegui y monseñor Luis Bambarén.
La forma en que el ideario acciopopulista se trasladó a mecanismos concretos durante los periodos presidenciales de Belaunde origina, por su parte, variados aportes. Andrés Cardó escribe sobre la gestión educativa, Juan Incháustegui sobre la obra en energía y electricidad, mientras que Elvito Rodríguez recuerda la creación del Banco de la Nación y Roger Guerra-García describe los avances en ciencia y tecnología, cuya atención dio paso al nacimiento del Concytec.
La Carretera Marginal de la Selva, que ocupa específicamente a Edmundo Del Águila, el impulso habitacional y el sistema de Cooperación Popular, emblema belaundista, son temas generales que reaparecen en la mayoría de los textos. Uno de ellos es el del expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, brillante en su concepción.
Lo mismo sucede con las reconocidas credenciales democráticas de Fernando Belaunde, que de cualquier modo merecen evocaciones puntuales, algunas muy emotivas.
En ese campo, se cuentan las colaboraciones de Gustavo Mohme Seminario (devolución de los medios a sus propietarios) y Johnny Zas Friz (restauración de los comicios municipales) así como las intensas crónicas de Javier Alva Orlandini y Javier Díaz Orihuela en torno a la accidentada inserción de Belaunde en la alta política bajo la dictadura de Odría.
Aunque Belaunde fue parlamentario antes, entre 1945-1948, como rememora Víctor Andrés García Belaunde, es allí, con el célebre Ultimátum de La Merced (1956), que se inicia su profunda vinculación con el pueblo peruano y su influencia viva sobre el destino nacional, acerca de la cual Osmar Gonzales realiza un riguroso balance.
