El Hombre de Kotosh
El Hombre de Kotosh es una figura icónica en la historia precolombina del Perú. Se refiere a una representación de un individuo humano tallada en una estela de piedra encontrada en el complejo arqueológico de Kotosh, ubicado en la región de Huánuco. La estela se encuentra en el Templo de las Manos Cruzadas, una de las estructuras más importantes de Kotosh.

El Hombre de Kotosh es notable por su estilo artístico distintivo, que muestra una figura humana con rasgos estilizados y una postura característica. Se cree que la estela data de alrededor del 1500 a.C., lo que la convierte en una de las representaciones humanas más antiguas de América.
Además de la estela, el complejo arqueológico de Kotosh contiene otras estructuras importantes, como plataformas ceremoniales y recintos funerarios. Estos restos arqueológicos indican que Kotosh fue un importante centro ceremonial y religioso en la antigüedad, posiblemente asociado con la cultura Chavín, una de las culturas preincaicas más influyentes de la región andina.
El Hombre de Kotosh es reconocido como el primer arquitecto que realizó trabajos de carácter ceremonial en la región. Sus construcciones se caracterizaban por estar hechas principalmente de piedra y barro. Se estima que estas estructuras tienen una antigüedad que va desde los 2,500 años a.C. hasta los 300 años a.C. El descubrimiento de este importante personaje fue realizado por el renombrado antropólogo peruano Julio C. Tello, en las cercanías del río Higueras, a unos 5 km al oeste de la ciudad de Huánuco.
En el área relacionada con el Hombre de Kotosh, el investigador Seichi Izumi descubrió el Templo de las Manos Cruzadas. Este templo es un recinto cuadrangular con esquinas curvadas y un doble nivel en el piso, considerado como el santuario más antiguo de la sierra y el primer monumento religioso de América.