Desde Andorra la Vieja (Andorra) (AFP)

Trabajadores sudamericanos bloqueados en Andorra por el coronavirus

Centenares de trabajadores temporales sudamericanos, habitual mano de obra durante la temporada invernal en Andorra, estaban bloqueados debido al coronavirus tras el cierre de las estaciones de esquí de este principado, enclavado entre Francia y España.

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El centro de esquí Pas-de-la-Case, en Andorra, aquí en pleno funcionamiento en febrero de 2018; ahora, por el coronavirus cientos de sudamericanos han quedado aislados tras el cierre de las estaciones de esquí - AFP/AFP/Archivos
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Centenares de trabajadores temporales sudamericanos, habitual mano de obra durante la temporada invernal en Andorra, estaban bloqueados debido al coronavirus tras el cierre de las estaciones de esquí de este principado, enclavado entre Francia y España.

Ezequiel Scarsi, de 26 años, monitor de esquí argentino, confinado igual que los 70.000 andorranos, se impacienta en su apartamento de la estación de Grandvalira, el mayor centro esquiable de los Pirineos, cerrado desde el 14 de marzo.

"Es complicado salir, no sé qué voy a hacer. Argentina ha anulado los vuelos de Europa. Espero noticias del consulado (de Argentina en Madrid) para poder volver. Si no, voy a tener que gastarme mis ahorros" afirma este temporero transatlántico.

Desde hace cinco años, vive de invierno en invierno, pasando de un hemisferio al otro: de fines de noviembre a mediados de abril en Andorra, y de julio a septiembre en San Martín de los Andes, elegante estación de esquí en la cordillera en el oeste de Argentina.

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Un centro de esquí en Andorra en pleno funcionamiento, el 19 de febrero de 2018; por el coronavirus, centenares de trabajadores sudamericanos han quedado aislados tras el cierre de las estaciones (AFP/AFP/Archivos)

Andorra, donde se consigue fácilmente un permiso de trabajo y sus salarios en euros y tiendas desfiscalizadas, es un paraíso para el turismo invernal.

"Aquí, dice Scarzi, la mitad de los monitores de esquí son sudamericanos" y en "un 70% chilenos o argentinos" en la escuela de esquí donde trabaja.

- "A la deriva"-

El joven, que dice poder vivir "solamente en medio de montañas", espera que la situación se desbloquee mientras bebe mate con sus compañeros de piso, su novia, y otra pareja de monitores, todos argentinos.

"Con la inflación que tenemos en Argentina, es interesante venir a Europa para trabajar, te permite ahorrar para el resto del año. Salvo que nos gastemos todo antes de volver".

Braian Di Rocca, un compatriota de 32 años, trabaja en una tienda de alquiler de material para esquí. Pero el cierre prematuro de la estación lo obliga a volver antes de lo previsto.

El problema es que la compañía con la que contaba volver a su país, Norwegian Airlines, ya no vuela a Argentina. "Estamos a la deriva" dice.

Consciente del problema, el gobierno andorrano instó a los ciudadanos extranjeros que deseen abandonar el principado a que llenen un formulario explicando su situación a las autoridades, y poder así ayudarles si es posible.

Unos 5.000 sudamericanos trabajan en Andorra durante la temporada invernal. Peruanos, colombianos y venezolanos completan el contingente, sobre todo en la hostelería y la restauración.

Ahora, nada tienen que hacer, pues Andorra cerró el sábado pasado todos los bares, restaurantes y comercios no indispensables.

"Me pregunto por qué quieren volver" a Argentina, ironiza sin embargo Guido Flumian en el grupo facebook de argentinos de Andorra, aludiendo a la crisis económica que sufre el país sudamericano.

- "Vista a los Pirineos" -

En Andorra se han detectado hasta ahora uno 60 casos de coronavirus.

En el otro sentido, de Argentina a Europa, las cosas tampoco son sencillas. Ana Montenegro, una española de 31 años, espera en Buenos Aires poder tomar un vuelo a Europa.

"Estoy varada en Argentina, soy española con residencia en Andorra. Desgraciadamente en Argentina se tomó la decisión de que solo vuele la compañía nacional Aerolíneas Argentinas y los precios de repatriación los pusieron demasiados caros".

Rodrigo Torres, un monitor de esquí chileno de 58 años, debía volar a Santiago este viernes, tras conseguir un vuelo, pero éste fue finalmente anulado.

"Espero poder irme en algunos días, pero ahora que tengo el billete de avión no estoy seguro de poder tener un billete de autobús para ir a Barcelona", de donde sale su vuelo.

"¿Que le vamos a hacer? Hay que adaptarse a la situación, es curioso estar confinado aquí. Felizmente que tengo Netflix, lectura y una buena vista de los Pirineos".




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