Desde Londres (AFP)

Theresa May, una política obstinada que camina hacia la perdición

La primera ministra británica Theresa May, una política que mostró una extraordinaria perseverancia en el espinoso camino hacia el Brexit, puso en peligro el martes el destino del Reino Unido y su propio futuro político por su insistencia en no cambiar de rumbo.

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La primera ministra británica, Theresa May, se protege de la lluvia bajo un paraguas tras asistir a un servicio religioso cerca de su distrito electoral de Maidenhead, al oeste de Londres, el 9 de diciembre de 2018 - AFP/AFP
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La primera ministra británica Theresa May, una política que mostró una extraordinaria perseverancia en el espinoso camino hacia el Brexit, puso en peligro el martes el destino del Reino Unido y su propio futuro político por su insistencia en no cambiar de rumbo.

"La primera ministra tiene que aceptar que su forma de abordar esto no está funcionando (...) este es el momento de cambiar de dirección no de seguir insistiendo", había dicho la diputada laborista Yvette Cooper un día antes de que el acuerdo de Brexit defendido por May fuese rechazado por segunda vez en el Parlamento.

Fiel a su reputación de testaruda, desde que llegó al cargo en 2016 esta jefa de gobierno, de 62 años, que proyecta una imagen de frialdad un poco mecánica se levantó tras cada golpe que recibió.

Tras ver estrepitosamente rechazado por el Parlamento británico en enero el acuerdo que con tanto esfuerzo había logrado con la UE, volvió a enzarzarse en unas arduas negociaciones con Bruselas, tras la cuales el texto volvió a sufrir un histórico revés.

Si hubiese logrado su aprobación, habría sido "a base de estoicismo y perseverancia", en opinión de Iain Begg, profesor de ciencias Políticas en la London School of Economics. Pero este fracaso la dejará "como la persona que provocó la explosión de los conservadores" y arriesgó el futuro del país por insistir con su plan hasta los días previos a la fecha fijada para el Brexit, el 29 de marzo.

Según Charles Walker, una importante figura del Partido Conservador, esto podría desembocar también en nuevas "elecciones generales en cuestión de días o semanas".

- Supervivencia y determinación -

May llegó al poder en las caóticas semanas posteriores al referéndum, cuyo resultado provocó la dimisión del conservador David Cameron, de quien fue ministra del Interior durante seis años.

Pese a ser euroescéptica, se había pronunciado a favor de la permanencia en la UE, pero se implicó poco en la campaña y lo hizo insistiendo en la necesidad de limitar la inmigración.

Solo un año después de llegar a Downing Street, convocó unas catastróficas elecciones legislativas anticipadas destinadas a fortalecer su posición en las que, sin embargo, acabó perdiendo la mayoría absoluta y quedó dependiente del apoyo del pequeño partido unionista norirlandés DUP para poder gobernar.

Desde entonces los ataques de euroescépticos y proeuropeos de su propia formación la han hecho tambalearse en varias ocasiones.

Varios de sus ministros la fueron abandonando por el pedregoso camino descontentos con su idea de negociar una estrecha relación con la Unión Europea, entre ellos dos ministros del Brexit, Dominic Raab y David Davis, y el jefe de la diplomacia Boris Johnson.

Pero hasta ahora, May siempre sobrevivió y siguió adelante convencida de que su plan era "el mejor para Reino Unido".

- "No subestimen a Theresa May" -

Theresa Brasier --su nombre de soltera-- nació el 1 de octubre de 1956 en Eastbourne, ciudad costera del sureste del país.

Tras estudiar geografía en la Universidad de Oxford, donde conoció a su esposo, Philip, y trabajar brevemente en el Banco de Inglaterra, dio sus primeros pasos en política en 1986, año en que fue elegida concejala del distrito londinense de Merton antes de convertirse en diputada en 1997.

De 2002 a 2003 fue la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria general de su formación.

La propia May se describió una vez como "una mujer jodidamente difícil", y su actual ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, advirtió recientemente: "No subestimen a Theresa May".

Aunque sus enemigos la han acusado de tener poca altura de miras, todos coincidían en su laboriosidad.

"Es muy diligente, muy trabajadora, se sumerge en los detalles, es bastante tecnócrata, muy dura, y puede ser tozuda", explicó a la AFP el exlíder liberaldemócrata Nick Clegg, que fue viceprimer ministro del gobierno de coalición de Cameron.

"Todas estas cosas son cualidades bastante buenas en un político del gobierno", reconocía Clegg. Pero "nunca vi realmente en ella mucha imaginación, ni flexibilidad, ni instinto, ni visión".




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