Desde Jartum (AFP)

Sudán vuelve a estar aislado económicamente tras el golpe, según los expertos

Sudán, uno de los países más pobres del mundo, vuelve a estar aislado económicamente tras el golpe de Estado del general Abdel Fatah al Burhan en octubre, según los expertos, que apuntan a un aumento de la pobreza.

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Un joven sudanés prepara pan en una panadería de Jartum, la capital de Sudán, el 17 de marzo de 2022 - AFP/AFP/Archivos
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Sudán, uno de los países más pobres del mundo, vuelve a estar aislado económicamente tras el golpe de estado del general Abdel Fatah al Burhan en octubre, según los expertos, que apuntan a un aumento de la pobreza.

Con su sueldo de profesor, Babiker Mohamed ya no sabe cómo alimentar a su familia de seis personas. "Hoy, gasto 27.000 libras cada mes para el pan, es decir el 90% de mi salario", explica.

Junto a cientos de profesores, trabajadores ferroviarios y otros manifestantes, se unió a las protestas semanales en contra del ejército, para pedir también una reducción del coste de la vida.

Desde noviembre, un grupo de manifestantes bloquea una importante ruta comercial hacia Egipto, para denunciar el alza del precio de la electricidad.

Además, el gobierno militar ha reducido progresivamente las subvenciones a la gasolina: el miércoles, el litro costaba 672 libras (cerca de 1,55 dólares), frente a las 320 libras antes del golpe.

- Ayudas suspendidas -

En represalia por el golpe de estado encabezado por el general Fatah al Burhan el 25 de octubre y la represión de las movilizaciones en su contra, el Banco Mundial suspendió 2.000 millones de dólares de ayuda y Estados Unidos, 700 millones.

El estado perdió así el 40% de sus ingresos.

Peor aún, Washington, que había enviado 300.000 toneladas de trigo en 2021, no enviará las 400.000 toneladas prometidas en 2022.

A esto se suma que dos de los principales productores de trigo del mundo, Rusia y Ucrania, están en guerra.

Sin embargo, el gobierno asegura haber diseñado un presupuesto autosuficiente para 2022. Pero los expertos lo tachan de mero escaparate.

Después del 25 de octubre, el país "volvió al embargo" impuesto en 1993 durante el gobierno del dictador depuesto Omar al-Bashir en 2019, a quien Washington acusó de apoyar el "terrorismo", explica a la AFP la economista Samia Sayyid.

Es un golpe tan duro "como la pérdida de petróleo cuando Sudán del Sur se independizó" en 2011, añade Mohamed al-Nayyir, también economista.

- Inflación -

En ese momento, Jartum perdió el 85% de los 7.500 millones de dolares que ingresaba de las exportaciones. Además, la moneda se desplomó y la inflación fue del 45%.

Pero diez años después, la subida de los precios sigue acelerándose. En febrero, llegó a 258%. Y según al-Nayyir, podría "alcanzar 500%".

En un intento de restablecer el equilibrio, el 7 de marzo el Banco central anunció la flotación de la libra, que ahora cotiza libremente en el mercado de divisas a 660 libras por euro.

"Es la decisión correcta, pero en el momento equivocado", opina Sayyid. Cree que hubiera sido mejor tomarla después del derrocamiento de al-Bashir, cuando los fondos y las oportunidades comerciales fluían para "estimular la producción" y contrarrestar "la inflación y la devaluación".

Pero actualmente, las autoridades hacen lo contrario y "aumentan los impuestos sobre los bienes, especialmente los agrícolas, lo que supone una carga para los sectores productivos", explica.

En Sudán, uno de cada tres habitantes depende de la ayuda humanitaria.




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