Sequía e incendios, nuevas calamidades para los criadores de renos suecos
La sequía sin precedentes y los devastadores incendios que golpean Suecia están destruyendo zonas de pastoreo vitales para los criadores de renos sami, cuyo sustento ya está amenazado por la explotación minera y forestal, en momentos en que el calentamiento está cambiando el paisaje del Ártico.
La sequía sin precedentes y los devastadores incendios que golpean Suecia están destruyendo zonas de pastoreo vitales para los criadores de renos sami, cuyo sustento ya está amenazado por la explotación minera y forestal, en momentos en que el calentamiento está cambiando el paisaje del Ártico.
"Nuestros pastos de invierno se están quemando" dice con aire desolado Jonas Kraik, un ganadero de 54 años instalado en Handölsdalen, en la provincia central de Jämtland, donde tiene un rebaño de 8.000 cabezas.
La provincia es una de las más afectadas por los incendios. Otro ganadero, Edvin Ensberg, de 43 años, calcula que al menos 6.000 hectáreas de tierra, donde sus animales acostumbraban alimentarse, han sido víctimas de las llamas.
En esta época del año, los renos acostumbran a hurgar incansablemente la tierra para buscar liquen, su alimento preferido.
"Los incendios son extremadamente preocupantes. Por el momento no podemos medir sus consecuencias precisas por falta de visibilidad, a causa del humo", explica. "Pero me temo que no quedará nada de pasto para alimentar los renos este invierno".
Al llegar el otoño, los renos vuelven a sus estepas para pasar el invierno, tras una larga y peligrosa trashumancia. Es también la época de marcar a los más jóvenes.
Margret Fjellstrom, proprietaria de centenares de cabezas en Dikanas, una aldea a los pies de los Alpes escandinavos, tuvo más suerte. Sus animales no se vieron afectados por los incendios. Pero el calor inhabitual y la sequía que afecta a la región de Laponia le afectan de lleno.
"Está todo tan seco en las montañas que hay que ser muy prudente con el marcaje de las crías. Normalmente encerramos entre 600 y 700 (en los corrales) pero en estos momentos solo metemos a 300 o 400, sino se deshidratan y no consiguen seguir a sus madres" una vez puestos en libertad, explica.
Suecia no ha registrado prácticamente ninguna lluvia desde principios de mayo. En Dikanas finalmente cayó algo de agua en la noche del martes al miércoles, aunque no de forma suficiente para hidratar el suelo, desesperadamente seco.
Los lapones, desesperados, se vuelcan a ayudar a los servicios de emergencia para intentar acabar con las decenas de focos de incendio en Suecia, junto a bomberos y militares provenientes de toda Europa.
- Inviernos imprevisibles -
Marcus Rensberg, de 35 años, posee 5.000 renos en Alvdalen, a 300 kilómetros al noroeste de Estocolmo. Forma parte de los voluntarios que se han movilizado para apagar las llamas que ya han consumido 4.000 hectáreas de landa.
"Quizás vamos a necesitar 30 años para que los pastos se restablezcan completamente", declaró a la AFP por teléfono este ganadero en plena operación para apagar incendios.
"Todo arde a mi alrededor", añadió, antes de colgar.
Según datos del parlamento lapón, 4.600 ganaderos poseen más de 250.000 renos en Suecia.
Un oficio duro, en el que hay que batirse cada año con los depredadores naturales (oso, lobos, águilas, carcayú), las enfermedades, la deforestación, las enfermedades de los animales, las explotaciones mineras e incluso las turbinas eólicas, que perturban la trashumancia.
La sequía o los incendios dejan al sector desprotegido ante la llegada del largo invierno, que inesperadamente también se ha vuelto desconcertante: a veces con capas de nieve demasiado importantes, que impiden a los animales buscar pasto, a veces con nieve y lluvias que cuando llegan las heladas dificultan la trashumancia.
"Hemos vivido un invierno muy duro. Para los renos era difícil hallar pasto en la nieve" explica Margret Fjellstrom.
Según la diputada lapona Marita Stinnerbom, es imposible por el momento estimar el monto de daños causados por los desastres naturales.
El gobierno "vigila estrechamente la situación" antes de pronunciarse sobre posibles indemnizaciones, indicó a la AFP una portavoz, Tina Israelsson.
Marcus Rensberg está preocupado por si tiene que comprar pasto para sus animales, y a qué precio.
"Los renos pueden irse a otro lado. Pero yo no", se lamenta.
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