Desde París (AFP)

Presión contra las grandes petroleras a meses de la COP28

A pocos meses de la COP28 en Dubái, aumenta la presión sobre los gigante petrolíferos, acusados por grupos medioambientales de abandonar paulatinamente sus compromisos de descarbonización para complacer a accionistas y bancos.

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Miembros de Greenpeace protestan contra la industria de las energías fósiles en La Défensa, cerca de París, el 22 de agosto de 2023 - AFP/AFP
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A pocos meses de la COP28 en Dubái, aumenta la presión sobre los gigante petrolíferos, acusados por grupos medioambientales de abandonar paulatinamente sus compromisos de descarbonización para complacer a accionistas y bancos.

El problema "son las energías fósiles en sí mismas, y punto", dijo en junio el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señalando al petróleo, el carbón y el gas como responsable de las olas de calor como las que sofocaron recientemente Hawái, Canadá o Grecia.

Estos combustibles son "incompatibles" con la supervivencia de la humanidad, dijo Guterres, que en septiembre acoge en Nueva York una cumbre internacional sobre el clima antes de la COP28 de Dubái de principios de diciembre.

Paradójicamente, esa conferencia en Emiratos Árabes Unidos estará presidida por el director ejecutivo de la petrolera nacional del país del Golfo.

También Greenpeace acusó el miércoles en un informe a las empresas de gas y petróleo europeas de "no hacer nada" por la transición energética y de "no cumplir en absoluto sus compromisos climáticos".

Según la oenegé, que ha analizado los resultados de 2022 de las 12 principales empresas petroleras y gasísticas del continente, estas destinaron de media un 92,7% de sus inversiones a combustibles fósiles.

Solo un 7,3% se dirigieron a "una producción de energía sostenible y a soluciones de bajo contenido en carbono".

Greenpeace critica también que la electricidad renovable (que no emite CO2 y, por lo tanto, no contribuye al calentamiento del planeta) generada por estas 12 empresas solo representa un 0,3% de su producción global de energía, contra un 99,7% procedente del petróleo y del gas.

- "Cambiar de rumbo" -

La ONG denuncia la ausencia de una "estrategia coherente" de estos gigantes energéticos que, en su mayoría, se comprometieron a alcanzar la neutralidad de carbono de ahora a 2050 y que en 2022 obtuvieron beneficios históricos.

Greenpeace reclama a los gobiernos europeos "una regulación estricta de la industria de las energías fósiles" para forzarla "a cambiar de rumbo" y "frenar todo nuevo proyecto de exploración petrolera y gasística" y "reducir su producción de combustibles fósiles".

"Menos del 1%" de la producción de la francesa TotalEnergies "surgió de fuentes de energías renovables" en 2022 y un 88% de sus inversiones todavía se dirigían a las energías fósiles, denunció la ONG.

También dijo que el grupo prevé "incrementar su producción de gas y de petróleo en los años venideros".

El gigante francés no desmiente estas cifras, pero subraya los progresos conseguidos: "Las inversiones de TotalEnergies en la transición energética pasaron de 2.000 millones de euros (2.173 millones de dólares, ndlr) en 2020 a 3.000 millones en 2021 y después a 4.000 millones en 2022", dijo el grupo en una escueta respuesta a la AFP.

"En 2023, TotalEnergies invertirá casi 5.000 millones de euros en las energías renovables y bajas en carbono y consagrará así por primera vez más inversión en la energía baja en carbono que en nuevos proyectos de hidrocarburos", añadió.

Otra empresa analizada es la española Repsol, con una amplia presencia en América Latina. En su caso, Greenpeace destaca que las renovables supusieron solamente un 18% de su inversión en 2022 y también menos del 1% de la producción energética.

- "Visionarios" -

Las compañías petroleras están "obligadas a pagar dividendos elevados para que los fondos de pensiones conserven sus acciones", alerta Robert Bell, profesor de gestión en el Brooklyn College de la City University de Nueva York en una columna en el diario francés Le Monde.

En ella subraya los problemas bursátiles de Shell con la destitución de su "visionario" consejero delegado, el ingeniero Ben van Beurden, que "cometió el pecado imperdonable de reducir los dividendos" mientras intentaba "transformar la empresa en un gigante de las energías renovables".

Lo mismo ocurrió con BP "que también tuvo un consejero delegado visionario", afirma Bell.

"Cambió el nombre de la sociedad a Beyond Petroleum" (Más allá del petróleo en inglés), llevó a cabo "inversiones importantes en energías renovables" antes de "dimitir repentinamente" por un asunto privado. "Después, la empresa volvió a poner el acento en el petróleo", dice este analista.

Por ello recela de los compromisos de transición energética adquiridos por las empresas petroleras. "Se puede dudar que una empresa petrolera conduzca al mundo a salir del petróleo", ironiza.




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