Desde París (AFP)

Movimientos sociales buscan hacerse oír antes de Conferencia sobre el clima

¡Cambiemos el sistema, no el clima!. Con este lema, y con propuestas para modificar comportamientos cotidianos, unas 400 organizaciones iniciaron el domingo en París las movilizaciones ciudadanas a dos meses de la conferencia internacional sobre el clima (COP21).

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"¡Cambiemos el sistema, no el clima!". Con este lema, y con propuestas para modificar comportamientos cotidianos, unas 400 organizaciones iniciaron el domingo en París las movilizaciones ciudadanas a dos meses de la conferencia internacional sobre el clima (COP21).

Bajo un sol resplandeciente, cientos de personas recorrían las diferentes carpas de las asociaciones en la Place de la République y, a mediodía, decenas esperaban una de las 5.000 raciones de comida cocinada con productos que los supermercados destinaban a la basura.

"Nos tienen que escuchar. Las soluciones existen, están aquí", asegura Bastien Beaufort, un voluntario de 27 años de la iniciativa "Banquete de los 5.000", mientras ve como desaparecen de su cajón de verduras a modo de bandeja una decena de raciones de comida "100% vegetariana".

Los ingredientes, explica, los recuperaron los días anteriores de varios mercados, donde iban a ser tirados a la basura. El objetivo es concienciar a la gente sobre el despilfarro de alimentos, asegura el joven de pelo largo, quien aboga por mantener esta "movilización ciudadana" hasta diciembre, cuando se celebre la Conferencia.

Sentada en el suelo en manga corta, aprovechando este inesperado caluroso sol de otoño en París, Olivia Denis, de 28 años, acaba de terminar su plato y explica que acudió al "Pueblo de las alternativas", impulsado por la asociación Alternatiba, porque quiere "entender las interacciones" entre el medio ambiente y sus acciones diarias.

"El objetivo era crear una dinámica ciudadana alrededor de cuestiones sobre el clima, para que la gente conozca mejor los desafíos, pero que también comprendan que pueden actuar, que las alternativas a un mundo centrado en las energías fósiles existen y también crean empleos, bienestar y solidaridad", explicó el viernes a la AFP Textx Etcheverry, coordinador de Alternatiba.

- Iniciativas en Nicaragua -

Cientos de personas pudieron informarse sobre materiales ecosostenibles, tácticas para reducir su consumo energético o incluso sobre los principales desafíos en la próxima conferencia del clima en la carpa de Coalición Clima 21, una alianza de 130 organizaciones de la sociedad civil.

En el espacio dedicado a migraciones y solidaridades mundiales, Camille Isard, de 25 años, explica el proyecto "colaborativo" que la ONG BlueEnergy lleva a cabo en la zona de Bluefields, en la costa caribeña de Nicaragua, donde promueven técnicas de adaptación al cambio climático con sistemas sostenibles de tratamiento de residuos, entre otros, como baños secos ecológicos para fabricar compost.

La comunidad internacional se fijó en 2009 el objetivo de limitar a +2º el calentamiento mundial respecto a sus niveles previos a la revolución industrial, para evitar daños devastadores e irreversibles en los ecosistemas y sociedades.

Sin embargo, las movimientos sociales se muestran escépticos ante la posibilidad de que la cumbre del clima de París alcance este objetivo, vista la "falta de ambición de los Estados", en palabras de Etcheverry.

- 1,05 personas por vehículo -

La jornada de movilización coincidió con el día sin coches a propuesta del ayuntamiento de París, donde los coches no podían circular durante cinco horas por los distritos más céntricos de la capital como la avenida de los Campos Elíseos, tomados por peatones y bicicletas.

"Es el movimiento normal, legítimo, moderno de nuestras grandes ciudades, porque la contaminación en nuestras ciudades mata", afirmó la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, ante sus homólogos de Bruselas, Sao Paulo y Bristol, donde se llevaron a cabo iniciativas similares.

Sin embargo, Renaud, un ciclista francés, instó a tomar más medidas para frenar el tránsito diario de vehículos. "Si queremos una ciudad limpia (...), no hay que dudar en prohibir y limitar los coches en la ciudad", agregó.

En este sentido, la asociación Microstop lleva a cabo una acción para fomentar el uso compartido del automóvil en distancias cortas. Su presidente, Frédéric Sarkis, explica que, en los desplazamientos domicilio-trabajo, la tasa de ocupación es de 1,05 personas por vehículo.

Sarkis, de 42 años, aboga por crear carriles especiales para los coches con alta ocupación, aunque señala que "no es necesario el coche en la ciudad".

A las 18H00, los coches retoman las calles de París y Lucie se dispone a abandonar el "Pueblo de las Alternativas".

"No comprendo bien todos los desafíos [de la COP21], es cosa de políticos", señala esta joven de 34 años, quien deposita sus esperanzas en la "concienciación individual para cambiar las cosas, para mejorar el medioambiente".




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