La economía de Brasil se contraerá 1,7% este año y tendrá una inflación de 9,15%, según mostró el lunes el sondeo semanal que realiza el Banco Central en el mercado y que proyecta un escenario cada vez más pesimista.
La economía de Brasil se contraerá 1,7% este año y tendrá una inflación de 9,15%, según mostró el lunes el sondeo semanal que realiza el Banco central en el mercado y que proyecta un escenario cada vez más pesimista.
Los operadores consultados, además, estimaron una escalada de los precios minoristas del 5,4% para el 2016 y redujeron nuevamente su previsión para el desempeño de la actividad el año próximo, a una magra expansión del 0,33%, consolidando la tendencia de crecimiento bajo o nulo que vive Brasil desde hace más de 4 años.
En medio de un clima político e institucional crispado por las revelaciones del escándalo de corrupción en la estatal Petrobas, que puso bajo investigación a decenas de legisladores, los principales indicadores económicos siguen en la zona roja, incluido el sensible dato de desempleo, que en mayo subió a 6,7% y alcanzó su máximo nivel para ese mes desde el 2010.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff lucha para terminar de pasar por el Congreso un duro ajuste fiscal que le genera un alto costo político dentro de las fuerzas afines en el parlamento y hasta de su propio Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
El viernes, Eduardo Cunha, presidente de la cámara de Diputados y miembro del partido aliado del gobierno PMDB (centro) anunció que abandonaba la alianza de Gobierno, una reacción que blanqueó su falta de sintonía con el oficialismo mostrada durante 2015. El PMDB tiene también la presidencia del Senado y la vicepresidencia de la nación.
Cunha es investigado por la red de corrupción que le costó 2.000 millones de dólares a Petrobras y desató un sismo político en brasil donde están involucradas algunas de las mayores empresas del país, exdirectores de la petrolera y seis partidos políticos, que son indagados para determinar si recibieron sobornos en ese fraude.
El informe Focus realizado por el Banco central también proyectó que la séptima economía del mundo registrará un déficit de cuenta corriente de 80.000 millones de dólares y una balanza comercial positiva de 6.400 millones, uno de los pocos indicadores positivos este año, en gran parte debido a una caída de las importaciones superior a la de las exportaciones.
Brasil proyecta una meta de ahorro fiscal de 1,2% del PIB para 2015, luego de haber fallado en conseguir la del año pasado, incluso tras reducirla a 0,2% ahogado por un lento crecimiento.
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