Desde Beirut (AFP)

Los bancos de Líbano vuelven a abrir tras la protestas

Los bancos de Líbano volvieron a abrir este viernes por primera vez en dos semanas a medida que el país recupera cierta normalidad tras las manifestaciones masivas en contra del gobierno.

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Unos manifestantes acampados delante de un banco de Beirut el 1 de noviembre de 2019 - AFP/AFP
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Los bancos de Líbano volvieron a abrir este viernes por primera vez en dos semanas a medida que el país recupera cierta normalidad tras las manifestaciones masivas en contra del gobierno.

Desde el 17 de octubre Líbano vive una ola de protestas sin precedentes que paralizó el país contra el gobierno, acusado de corrupción, incompetencia y sectarismo.

Este jueves se veían largas colas frente a las oficinas bancarias, donde la gente esperaba para ingresar sus sueldos o hacer transferencias.

En Beirut, la capital, un pequeño grupo de manifestantes ocupó brevemente las oficinas de la Asociación de Bancos pero fue expulsado por agentes antidisturbios.

Los libaneses temen que la reapertura de los bancos vaya acompañada de una devaluación monetaria, pero el Banco central declaró a principios de semana que el tipo de cambio se mantenía a 1.507,5 libras libanesas por dólar, valor fijado en 1997.

En el mercado paralelo, el tipo de cambio en los últimos días era de más de 1.700 libras por dólar.

El martes, el primer ministro Saad Hariri presentó la dimisión de su gobierno, empujado por la presión de la calle.

Por su parte el presidente del país, Michel Aoun, prometió el jueves que los ministros del próximo gobierno serán elegidos por sus competencias, no por sus pertenencia política.

Aoun ha pedido al gobierno de Hariri mantenerse en el cargo hasta que se pueda formar un nuevo gobierno, un proceso que puede ser largo y abre un periodo de incertidumbre política en el país.

El presidente parece estar de acuerdo con las reivindicaciones de los manifestantes en favor de un gabinete de tecnócratas.

Pero el sistema político libanés, basado en un complejo reparto del poder según criterios confesionales y políticos, provoca a menudo interminables negociaciones para la atribución de los ministerios, un plazo que el país sobreendeudado no puede permitirse.

La deuda pública, propiedad en un 80% de bancos comerciales y el Banco Central, es de 86.000 millones de dólares, es decir 150% del PIB, una de las tasas más altas del mundo.

Por otra parte, el país sufre un crecimiento lento desde hace años y su PIB debería aumentar solo 0,2% en 2019, según el Fondo Monetario internacional (FMI), frente a más de 10% en 2009.




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