El gobierno de región belga de Valonia, que bloqueó durante días en 2016 la firma por parte de la Unión Europea (UE) del acuerdo comercial con Canadá (CETA), está totalmente opuesta al del Mercosur, afirmó este lunes su presidente.
El gobierno de región belga de Valonia, que bloqueó durante días en 2016 la firma por parte de la Unión Europea (UE) del acuerdo comercial con Canadá (CETA), está "totalmente" opuesta al del Mercosur, afirmó este lunes su presidente.
"Nos oponemos totalmente a este tratado, tal como está. Para el gobierno valón es no", dijo a la radiotelevisión belga RTBF Elio Di Rupo, presidente del gobierno regional de Valonia y ex primer ministro belga entre 2011 y 2014.
El político socialista teme las consecuencias del acuerdo sobre la agricultura valona y reclama también que los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) apliquen las mismas reglas sanitarias que la UE.
El visto bueno de Valonia, así como el del resto de regiones en Bélgica, es necesario para que el gobierno belga pueda dar su necesaria luz verde a la firma del acuerdo por parte del Consejo de la UE, que reúne a los países del bloque.
Los negociadores de la UE y del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) llegaron en junio a un acuerdo político tras 20 años de negociaciones comerciales, que debe enfrentar una revisión jurídica antes de la firma formal.
A finales de 2016, en un momento similar al actual con el Mercosur, Valonia bloqueó por sí sola el visto bueno de Bélgica al acuerdo con Canadá, provocando una crisis diplomática de varios días antes de dar marcha atrás.
El parlamento regional debe votar en los próximos días una resolución, debatida este lunes en una comisión parlamentaria, que urge al gobierno valón a "comunicar oficialmente al gobierno federal su oposición al acuerdo".
El tratado tendrá "un impacto negativo sobre el respeto de los objetivos climáticos del Acuerdo de París, el medio ambiente, la salud y el desarrollo de un modelo agroalimentario sostenible en Valonia", agrega el texto.
La Comisión Europea prevé que la firma formal del texto puede celebrarse hacia finales de 2020, antes de que la Eurocámara lo ratifique, aunque primero debe convencer a otros países reticentes como Austria, Francia o Irlanda.
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