La producción industrial brasileña retrocedió 1,1% en octubre frente a septiembre, más de lo esperado por los analistas, según datos oficiales divulgados el viernes, que asestan un nuevo golpe a las expectativas de reactivación del país.
La producción industrial brasileña retrocedió 1,1% en octubre frente a septiembre, más de lo esperado por los analistas, según datos oficiales divulgados el viernes, que asestan un nuevo golpe a las expectativas de reactivación del país.
La caída, ajustada estacionalmente, superó el 0,8% que habían estimado los 38 economistas consultados por la agencia Bloomberg y volvió a llevar al indicador a terreno negativo tras la leve expansión de 0,5% del mes pasado.
Fue el mayor retroceso registrado en octubre desde 2013; en lo que va del año, el índice acumula un retroceso de 7,7%, precisó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
En una nueva señal de que la recuperación de la primera economía latinoamericana aún no se cristaliza, la comparación interanual, sin estacionalidad, mostró que la industria experimentó una fuerte caída de 7,3%, "la trigésima segunda tasa negativa consecutiva en este tipo de comparación y la más intensa desde mayo de 2016 (-7,4%)", apuntó el IBGE.
La medición a doce meses acumula una merma de 8,4%.
Los productos alimenticios, de fuerte ponderación en el indicador, cayeron en octubre 3,1% frente a septiembre y la producción de automotores cayó 4,5%, en medio de una baja generalizada que alcanzó a 20 de los 24 rubros medidos.
La industria metalúrgica (-2,8%) y la de materiales plásticos (-4,9%) también contribuyeron a la tendencia.
En las grandes categorías, los bienes de capital -usados para producir otros bienes- cayeron 2,2% y anotaron su cuarta contracción consecutiva, acumulando una baja de 9,5% durante ese lapso. Los intermedios, en tanto, retrocedieron 1,9% y los de consumo 0,4%.
- Comercio en alza -
La situación de la producción industrial brasileña refleja la extensa y profunda caída de la actividad económica en Brasil, que entró en recesión en 2015, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 3,8% y espera cerrar 2016 con otro agudo retroceso de 3,5%.
De confirmarse esas proyecciones, el país tendrá su primer bienio recesivo desde la década de 1930 y su mayor pérdida de riqueza en más de un siglo.
El miércoles pasado, el IBGE reportó que la economía de Brasil se había contraído 0,8% en el tercer trimestre, su séptimo retroceso consecutivo, lastrada por la falta de inversiones y las proyecciones del mercado indican que el PIB crecerá menos de 1% en 2017.
El gobierno conservador de Michel Temer impulsa proyectos de austeridad para recuperar la confianza de los inversores, pero estos demoran en volver a poner sus reales en Brasil, en un marco de tensiones políticas internas y de incertidumbres internacionales.
En medio del panorama negativo que enfrenta la mayor economía latinoamericana, el intercambio comercial aparece como el único indicador consistentemente en alza: lleva 21 meses con saldo a favor.
En noviembre, la balanza comercial brasileña tuvo un superávit de 4.758 millones de dólares, su mejor resultado para ese mes desde que el Ministerio de Industria y Comercio Exterior inició la serie en 1989. El saldo favorable fue generado por un alza interanual de las exportaciones de 17,5% y un retroceso de las importaciones de 9,1%.
El superávit comercial de noviembre de 2015 fue de 1.198 millones de dólares.
En lo que va del 2016, la balanza comercial sumó 43.282 millones de dólares, más de tres veces por encima de igual medición previa.
Y en doce meses, el intercambio comercial acumuló 49.522 millones, muy por encima de los 13.743 millones que registró entre noviembre de 2015 y diciembre de 2014.
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