La familia de un adolescente estadounidense que murió en la destrucción del vuelo MH17 sobre Ucrania en 2014 demandó este jueves a bancos rusos y empresas estadounidenses de transferencia de dinero, por ayudar a financiar a separatistas prorrusos acusados de haber derribado el avión.
En una demanda ante la corte federal de Manhattan, la familia de Quinn Lucas Schansman, único estadounidense a bordo del avión de Malaysia Airlines que volaba de Amsterdam a Kuala Lumpur, ataca a los bancos rusos Sberbank y VTB Bank, que tienen oficinas en Estados Unidos, y a las empresas de transferencia de dinero western Union y MoneyGram.
Les acusa de haber permitido la llegada de fondos importantes a los separatistas de la República popular de Donetsk, provenientes sobre todo de simpatizantes de la diáspora rusa residente en Estados Unidos y otros lugares del mundo, lo cual les permitió adquirir armas pesadas y controlar el este de Ucrania desde donde fue lanzado el misil que derribó al avión.
La demanda de 63 páginas, que reclama indemnizaciones e intereses por un monto no precisado, se basa en una ley antetiterrorista estadounidense de 1992. Esta permite a víctimas estadounidenses de terrorismo demandar en Estados Unidos a aquellos que ofrezcan apoyo material al terrorismo.
Entre los abogados de la familia figura un exembajador adjunto estadounidense ante la ONU, David Pressman.
"Los hombres que dispararon el misil (contra el avión) quizás nunca aparezcan frente a un tribunal, pero todos quienes les ayudaron a armarse y les apoyaron deberían aparecer", destacó Pressman en un comunicado.
Un total de 298 personas murieron a raíz del derribo del avión el 17 de julio de 2014, entre ellos el holandés-estadounidense Quinn Lucas Schansman, que tenía 18 años y debía encontrarse con su familia durante las vacaciones de verano.
La presentación de la demanda este jueves coincide con el anuncio de la corte europea de derechos humanos de que transmitió al gobierno ruso las peticiones de 380 familiares de víctimas del vuelo MH17.
Un equipo de investigadores internacionales liderados por Holanda determinó que el vuelo MH17 fue alcanzado por un misil Bouk de fabricación soviética, lanzado por una batería móvil traída desde Rusia.
Rusia niega toda responsabilidad en la destrucción del avión.