Desde París (AFP)

Inquietud por impacto del derretimiento de gigantesco iceberg en el Atántico Sur

Un iceberg gigante desprendido de la Antártida en 2017, y que terminó de derretirse hace meses cerca de la isla Georgia del Sur, liberó más de 150.000 millones de toneladas de agua dulce, que podrían alterar un ecosistema frágil, según un estudio publicado el jueves.

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La pérdida del hielo polar en forma de icebergs que luego se derriten es un proceso natural, pero el calentamiento global contribuye a acelerarlo, según los científicos - AFP/AFP/Archivos
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Un iceberg gigante desprendido de la Antártida en 2017, y que terminó de derretirse hace meses cerca de la isla Georgia del Sur, liberó más de 150.000 millones de toneladas de agua dulce, que podrían alterar un ecosistema frágil, según un estudio publicado el jueves.

La pérdida del hielo polar en forma de icebergs que luego se derriten es un proceso natural, pero el calentamiento global contribuye a acelerarlo, según los científicos.

En junio de 2017, el témpano bautizado A68 se separó de la plataforma de hielo, Larsen C, al este de la península antártica.

Este gigante medía 5.800 kilómetros cuadrados, el doble que Luxemburgo, y era el sexto mayor jamás detectado, según el estudio de la revista Remote Sensing of Environment.

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Un iceberg liberó más de 150.000 millones de toneladas de agua (AFP/AFP)

Luego de dos años en las aguas frías del mar de Weddell, comenzó a derivar hacia el norte, adentrándose en el Atlántico, donde termino de derretirse cerca de la Isla Georgia del Sur en la primavera austral de 2021.

En el otoño de 2020, el iceberg se había acercado peligrosamente a esa isla, haciendo temer que el bloque de hielo encallara, bloqueando el paso a las colonias de pingüinos y focas.

A68 finalmente no encalló, pero ahora los investigadores, que han seguido todas las etapas de su periplo, se preguntan sobre el impacto del derretimiento en la cadena alimenticia.

El estudio destaca en particular que este volumen de agua, vertida en un mar donde se alimentan focas, aves y ballenas, podría haber afectado "las propiedades del agua y del plancton".

Es aún más importante estudiar este impacto ya que A68 "ha tomado un camino clásico", señala Anne Braakmann-Folgmann. "Esperamos aprender más sobre los icebergs que toman la misma trayectoria y cómo influyen en los océanos polares".




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