Desde Bruselas (AFP)

Francia deja sola a España como mal alumno de cuentas públicas en la eurozona

La Comisión Europea propuso este miércoles retirar a Francia del procedimiento de déficit excesivo al estabilizar sus cuentas públicas por debajo del 3% del PIB, un símbolo de la normalización económica tras años de crisis para Bruselas, que deja a España como único incumplidor.

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La comisaria europea de Empleo y Asuntos Sociales, Marianne Thyssen, y el de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, presentan las prioridades para el nuevo año el 23 de mayo de 2018 en Bruselas - AFP/AFP
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La Comisión Europea propuso este miércoles retirar a Francia del procedimiento de déficit excesivo al estabilizar sus cuentas públicas por debajo del 3% del PIB, un símbolo de la "normalización" económica tras años de crisis para Bruselas, que deja a España como único incumplidor.

"Es un momento importante para Francia, el final de nueve años de procedimiento largo y doloroso, y de esfuerzos presupuestarios a menudo dolorosos pero necesarios", declaró Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos y ex ministro de Economía galo entre 2012 y 2014.

Durante la crisis económica, 24 de los entonces 27 países de la Unión Europea (UE) se encontraban sumidos en el brazo correctivo en virtud del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que fija un límite del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) para el déficit de las cuentas públicas.

Con España, que podría salir en 2019 tras dos años por debajo del límite, como único incumplidor, Bruselas se centra ahora en enfrentar las consecuencias del crash financiero mundial de 2008 y la posterior crisis de la deuda precisamente en la deuda pública, como muestra el caso de Italia.

Cuando parece que la incertidumbre política en Italia podría llegar a su fin con la formación de un gobierno entre dos fuerzas euroescépticas, el comisario europeo urgió al futuro gobierno a dar una respuesta "creíble" a su elevada deuda pública, del 131,8% en 2017, según la Comisión.

De hecho, los dos meses de incertidumbre tras las elecciones legislativas italianas aumentaron la presión sobre la deuda italiana y, de forma marginal, sobre los mercados de deuda de sus vecinos del sur de Europa, aunque lejos de las sombrías horas de la crisis de la deuda de 2011.

En general, la deuda pública fue más elevada en 2017 en estos países, más afectados por la crisis económica de la última década: Grecia (178,6%), Portugal (125,7%), España (98,3%) y Francia (97%), según los datos de mayo de la Comisión.

A pesar del llamado, Moscovici se comprometió a trabajar con el futuro gobierno de la tercera economía de la eurozona, aunque advirtió que "la Comisión se pronunciará llegado el momento sobre los actos, es decir, sobre un presupuesto y sobre leyes".

- Trayectoria 'fuerte y clara' -

Sus declaraciones se produjeron durante la presentación de las recomendaciones de la Comisión para hacer converger las economías europeas y, en las que la decisión principal fue la propuesta de que la segunda economía de la zona euro, Francia, abandone el procedimiento de déficit excesivo.

En sus previsiones publicadas a principios de mayo, Bruselas estimó que las cuentas públicas galas registrarían un déficit del 2,3% en 2018, que aumentaría al 2,8% un año después, tras un 2,6% en 2017. "La trayectoria de reducción del déficit es fuerte y clara", según Moscovici.

Aunque siempre por debajo del 3%, la Comisión revisó este miércoles sus previsiones del déficit español una décima al alza, hasta el 2,7%, para 2018, tras el 3,1% del año anterior. A principios de mayo, estimó que 2019 cerraría con un 1,9%.

Sin embargo, para el comisario europeo, los datos de España, junto a los de Francia, representan la "salida" de casi una década de crisis económica y "la normalización económica", al tiempo que recuerdan que "los esfuerzos deben mantenerse" para consolidar los "progresos de estos últimos años".

El Consejo de la UE, que representa a los países del bloque, debe adoptar ahora formalmente en julio la propuesta de la Comisión Europea.

Tras su marcha, París deberá hacer frente a reglas más estrictas, como la reducción del déficit estructural, es decir, el déficit calculado sin tener en cuenta los efectos del crecimiento económico, que debería ser generalizado en el bloque en 2018 por segundo año consecutivo.




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