Desde Tokio (AFP)

El minirrobot Mascot trabaja contrarreloj en un asteroide

El minirrobot espacial franco-alemán Mascot, cuyas horas de autonomía están contadas tras descender este miércoles en un asteroide, trabajaba arduamente en el analisis de su suelo con la esperanza de poder comprender mejor la formación del sistema solar.

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Foto obtenida el 3 de octubre de 2018 desde el robot Mascot durante su descenso al asteroide Ryugu desde la sonda Hayabusa2, cuya sombra se ve a la izquierda - AFP/JAXA/AFP
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El minirrobot espacial franco-alemán Mascot, cuyas horas de autonomía están contadas tras descender este miércoles en un asteroide, trabajaba arduamente en el analisis de su suelo con la esperanza de poder comprender mejor la formación del sistema solar.

El descenso desde la sonda japonesa Hayabusa2 hsata el asteroide Ryugu "fue un gran éxito", señaló a la AFP Jean-Yves Le Gall, presidente de CNES, la agencia espacial francesa.

Mascot (sigla que en ingles significa Explorador Móvil de la Superficie de un Asteroide) "se encuentra bien, sus instrumentos están funcionando. Se comunica bien con la sonda", destacó por su parte Aurélie Moussi, jefa del proyecto en la CNES.

El control de misión subió una foto de Mascot en su lugar de descenso en la cuenta Twitter, animada por la agencia espacial alemana DLR. "Hola Tierra, prometí enviarles fotos de Ryugu. Esto es lo que registré durante mi descenso", dice el tuit

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Investigadores e ingenieros en el centro de control de la misión en Sagamihara, Japón, el 3 de octubre de 2018 (AFP/ISAS-JAXA/AFP)

El robot, que carece de paneles solares, debe trabajar rápido porque sólo depende de la energía de sus baterías. Están programadas para durar un máximo de 16 horas.

El aparato, de 10 kilogramos de masa, tiene el tamaño de una caja de zapatos, se unió a dos microrrobots japoneses Minerva, también "pasajeros" de la sonda Hayabusa2, los que descendieron la semana pasada en Ryugu, asteroide con forma de diamante de 900 metros de diámetro.

La aventura comenzó el 3 de diciembre de 2014 para la sonda Hayabusa2, que emprendió un periplo de 3.200 millones de kilómetros.

Necesitó tres años y diez meses para llegar a la órbita de Ryugu, en junio, donde se estabilizo en órbita a 20 kilómetros.

Para soltar a Mascot, este miércoles, Hayabusa2 se acercó a sólo 51 metros, y se desprendió del aparato exactamente a las 01H57 GMT.

- "Obligarlo a moverse" -

Tras caer durante unos diez minutos --la gravedad en Ryugu es 80.000 veces menor que en la Tierra-- Mascot se posó sobre la superficie del asteroide, muy accidentada.

"Rebotó en la superficie durante unos diez minutos y luego se estabilizó rápidamente", señaló Moussi.

No obstante, "no se encontraba enfocado correctamente, sus instrumentos apuntaban hacia el cielo", en tanto deben hacerlo hacia el suelo para poder funcionar, dijo Moussi poco después.

"En la emergencia, tomamos el riesgo de desplazar a Mascot para obligarlo a moverse, y se enfocase hacia el lado correcto", añadió.

"¡Guau!, Ryugu es tan oscuro que tengo problemas para orientarme", explicó Mascot en Twitter.

Todo volvió al orden: "Mascot está ahora en posición correcta", giró sus cuatro instrumentos. "Todo va a mejor", destacó la jefa del proyecto.

Mascot servirá como un "explorador", transmitiendo durante su corta vida datos a Hayabusa2 para más tarde ayudarlo en su tarea principal: disparar violentamente un proyectil sobre Ryugu para provocar un hoyo en la superficie y entonces recoger polvo.

Estas muestras llegarán a la Tierra a bordo de Hayabusa2a fines de 2020.

"Es extremadamente importante recoger datos directamente de la superficie del asteroide, por lo que tenemos grandes expectativas", declaró a la prensa uno de los directores de Jaxa, Makoto Yoshikawa.

El objetivo final es contribuir a enriquecer el conocimiento de nuestro entorno espacial, "para comprender mejor la aparición de la vida en la Tierra", según Jaxa.

Mascot está equipado con un microscopio infrarrojo hiperespectral, desarrollado por el Instituto francés de astrofísica espacial, que permitirá analizar la composición mineralógica del suelo del asteroide.

La misión, con un presupuesto de 30.000 millones de yenes (230 millones de euros), se desarrolla sin problemas por ahora.




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