Desde Bruselas (AFP)

El euro ya no es irreversible, un símbolo de la división francoalemana

Las últimas reuniones en Bruselas no han puesto punto final a la crisis griega, pero las instituciones europeas han dejado claro que pertenecer a la moneda única ya no es irreversible, poniendo en evidencia una profunda fractura francoalemana.

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La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, en la ceremonia de bienvenida a éste frente a la sede de la Cancillería en Berlín, el 31 de marzo de 2015 - AFP/AFP/Archivos
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Las últimas reuniones en Bruselas no han puesto punto final a la crisis griega, pero las instituciones europeas han dejado claro que pertenecer a la moneda única ya no es irreversible, poniendo en evidencia una profunda fractura francoalemana.

Creer que la zona euro podría desmembrarse es "desconocer el capital político que nuestros dirigentes han invertido en esta unión y el apoyo de los europeos. El euro es irreversible". La frase es de 2012 y su autor es el presidente del Banco central Europeo (BCE), Mario Draghi. Tres años más tarde, estaba en la mesa del Eurogrupo que escribía (sin conseguir la adhesión de todos los participantes): "En caso de que no se logre encontrar un acuerdo, se propondrá a Grecia una salida temporal de la eurozona".

Finalmente, al término de dos días de reuniones maratonianas, los jefes del estado retiraron esta frase de su comunicado final, celebrando su unidad. El patrón de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, incluso aseguró que "el Grexit ha desparecido", igual que si espantara una pesadilla. "Pero la amenaza está ahí", asegura a AFP Christopher Dembik, analista de Saxo Bank. Si Grecia no se recupera, en algún tiempo la presión para una salida del país del euro se intensificará. No hay otra opción y "habremos instaurado un mecanismo punitivo. Es una verdadera voluntad política" de algunos países, sobre todo de Alemania.

"Alemania ha cruzado la línea roja por primera vez y dice que si no se puede tener confianza en un gobierno tendrá que abandonar la zona euro (aunque sea temporalmente)", comentaba el domingo Erik Nielsen, economista jefe de UniCredit. "Es difícil saber si era un juego táctico o si se trataba realmente de forzar a Grecia a salir del euro", se pregunta Pawel Tokarski, analista de Fundación de Ciencia y política (SWP) en Berlín.

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(Izq-dcha): la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro griegos, Alexis Tsipras, antes del inicio de una cumbre de la eurozona, el 12 de julio de 2015 en Bruselas (AFP/AFP)

- "Grecia era un peón" -

Aunque no ha cambiado radical e inmediatamente la zona euro, este largo fin de semana de negociación ha deslizado a Europa en un engranaje y ha dejado en evidencia una fractura conceptual entre Francia y Alemania sobre lo que debe ser la unión monetaria.

"Grecia es un peón en el juego entre Francia y Alemania", dice Tokarski: "Lo que está en juego es la dirección que debe tomar la zona euro".

En las últimas 48 horas se ha librado un combate para determinar "el tipo de Europa que tendremos en el futuro", según Erik Nielsen. Esto se "resume en un enfrentamiento entre Alemania y Francia", según él.

- Concepciones distintas de Europa -

Dos países que tienen concepciones opuestas de lo que debe ser la moneda única.

Francia quiere "flexibilidad, un papel clave de los Estados miembros e instituciones débiles", mientras que la "visión alemana es una Comisión fuerte, apolítica, de reglas claras, poco de flexibilidad", según Tokarski. "Es una visión compartida esquemáticamente por los países del norte" de Europa, entre ellos los ministros halcones se han sumado al coro de Alemania sobre Grecia, dice.

Las lecturas son también diferente. "Francia integra en el análisis consideraciones geoestratégicas y los efectos dominó. Alemania lo hace también pero es una cuestión de ponderación", dice Agnès Benassy-Quéré, profesora de la universidad París 1, destacando la importancia del concepto de lo moral en Alemania, esta idea que un compromiso debe respetarse de lo contrario abrirá la puerta a otros incumplimientos.

Más allá de la unidad mostrada ante las cámaras, "el enfrentamiento es inevitable" estima Dembik y si degenerara, podría conducir a un "cisma entre el norte y el sur de Europa", advierte.



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