El banco central de Alemania rebajó el viernes su previsión de crecimiento para 2022 ante la persistente escasez que paraliza la industria y la virulenta ola de covid-19 que afecta la mayor economía europea.
El banco central de Alemania rebajó el viernes su previsión de crecimiento para 2022 ante la persistente escasez que paraliza la industria y la virulenta ola de covid-19 que afecta la mayor economía europea.
El Bundesbank prevé que el PIB crezca un 4,2% el próximo año, frente al 5,2% de su última estimación de junio. Para el año en curso, espera un crecimiento del 2,5%, frente al 3,7% anterior.
Las previsiones se acercan a las del Ministerio de Economía, que, según sus últimas proyecciones de octubre, prevé un aumento del 4,1% en 2022.
Sin embargo, son más optimistas que las del IFO, el principal instituto económico alemán, que espera un crecimiento de apenas un 3,7% el año que viene.
Alemania se enfrenta desde hace varios semanas a un deterioro de la situación sanitaria por el covid-19, lo que ha obligado al gobierno a reintroducir restricciones, que frenan la recuperación económica.
Además, la escasez de materiales en los mercados mundiales está haciendo mella en la industria manufacturera, un sector clave en la mayor economía de Europa.
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