La economía brasileña creció 1,9% en el primer trimestre, en comparación con los últimos tres meses del año pasado, un dato que superó las expectativas del mercado y supone una buena noticia para el nuevo gobierno de Lula da Silva.
La economía brasileña creció 1,9% en el primer trimestre, en comparación con los últimos tres meses del año pasado, un dato que superó las expectativas del mercado y supone una buena noticia para el nuevo gobierno de Lula da Silva.
El Producto Interno Bruto (PIB) de la mayor economía latinoamericana se expandió 4% contra igual periodo del año pasado, informó este jueves el Instituto Brasileño de Estadística (IBGE).
En el último trimestre de 2022, la economía se había contraído 0,1%.
"El resultado fue impulsado principalmente por el crecimiento de 21,6% de la agropecuaria, mayor alza de ese sector desde el cuarto trimestre de 1996", detalló el IBGE.
"Problemas climáticos impactaron negativamente la agropecuaria el año pasado, mientras que este año estamos con una previsión de cosecha récord de soja", afirmó Rebeca Palis, coordinadora de cuentas nacionales del IBGE.
El crecimiento superó las expectativas del mercado para el trimestre, ubicadas en 1,3%, según el promedio de más de 70 estimaciones de consultoras e instituciones financieras sondeadas por el diario Valor Económico.
Luiz Inácio Lula da Silva asumió el poder en enero con el desafío de reavivar la economía después de una contracción del 0,1% en el cuarto trimestre de 2022 respecto de los tres meses anteriores.
Pese al dato positivo, algunos analistas llamaron a la prudencia.
"El desglose de las cifras del primer trimestre apunta a que la economía no se encuentra tan fuerte como el impactante aumento de 1,9% sugiere", señaló William Jackson, economista especializado en mercados emergentes de la consultora Capital Economics.
Aun así, la consultora revisó su proyección de crecimiento en 2023, de 1% a 2,3%.
Para estimular el crecimiento, el gobierno del mandatario izquierdista ha presionado a las autoridades del Banco central (BCB) para reducir la tasa de interés, ubicada desde agosto pasado en 13,75%, un máximo desde 2017 y la mayor del mundo en términos reales (descontando inflación).
El BCB implementó esa estrategia para atenuar la fuerte subida de precios que afectó a Brasil en los últimos tiempos. Pero, como contracara, el nivel de la tasa amenaza el crecimiento económico al encarecer créditos a empresas y consumidores.
Tras varios meses en dos dígitos, el indicador de precios minoristas cedió a 4,18% en doce meses hasta abril, cifra que para el gobierno no justifica una tasa tan alta.
- Dudas en el horizonte -
En 2022, último año del mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro, Brasil registró un crecimiento de 2,9%, tras avanzar 5% el año anterior, producto de la recuperación tras el parón de la pandemia.
Cuando presidió Brasil de 2003 a 2010, Lula protagonizó un ciclo de crecimiento vertiginoso, traccionado por la demanda china de exportaciones de materias primas latinoamericanas.
Sin embargo, el panorama es menos optimista para su tercer mandato, iniciado en medio de una desaceleración del crecimiento global.
El mercado proyecta para este año un avance del PIB de 1,26%, con estimaciones revisadas al alza reiteradas veces desde el 0,78% previsto en enero, según la última encuesta Focus del Banco Central.
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