Desde Miami (AFP)

Dolorido, pero no más alto, el astronauta Kelly se adapta a la Tierra

El astronauta estadounidense Scott Kelly dijo el viernes que batalla contra la fatiga y una hipersensibilidad en la piel, pero que ya volvió a su altura normal después de pasar un año probando los efectos de los vuelos espaciales de largo plazo, con vistas a una futura misión a Marte.

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Imagen distribuida por la NASA que muestra al comandante estadounidense Scott Kelly tras volver a la Tierra después de una estancia de casi un año en la ISS, en Houston, Texas (EEUU), el 3 de marzo de 2016 - AFP/(NASA/Joel Kowsky)/AFP
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El astronauta estadounidense Scott Kelly dijo el viernes que batalla contra la fatiga y una hipersensibilidad en la piel, pero que ya volvió a su altura normal después de pasar un año probando los efectos de los vuelos espaciales de largo plazo, con vistas a una futura misión a Marte.

El viaje de 340 días de Kelly, junto al cosmonauta ruso Mikhail Kornienko, terminó en la mañana del miércoles cuando ambos aterrizaron en el helado Kazajistán a bordo de una nave Soyuz.

Uno de los efectos de pasar mucho tiempo en el espacio en ausencia de gravedad fue que la espina dorsal de Kelly se expandió temporalmente, lo cual le hizo crecer 3,8 centímetros, pero el astronauta se encogió de nuevo apenas volvió a Tierra.

Su hermano gemelo, el también astronauta Mark Kelly, dijo que ambos tenían la misma altura de nuevo cuando se abrazaron en Houston, Texas (sur), en la mañana del jueves.

Según John Charles, investigador de la Nasa, cualquier ganancia en la altura "probablemente haya desaparecido rápidamente porque se debe a la acumulación de fluido en los discos entre los huesos en la espina dorsal".

Un equipo de médicos está examinando cuidadosamente las diferencias genéticas, físicas y fisiológicas entre Scott Kelly y su hermano Mark, quien permaneció en Tierra para participar en el estudio.

Los detalles de estos estudios por ahora son secretos. Los científicos aún deben hacer más análisis y enviar sus investigaciones a una revista científica.

La idea es conocer mejor los efectos dañinos de los vuelos espaciales en los humanos antes de que la Nasa apruebe cualquier misión al espacio profundo, a un asteroide o a Marte, en viajes que durarían un año o más.

Los estudios incluyen tomografías computadas, resonancias magnéticas y medidas en la densidad ósea y la musculación, los vasos sanguíneos y el corazón. Los científicos también quieren comparar los cambios genéticos que produce la radiación en ambos astronautas, que en altas dosis podría producir cáncer.

Kelly, que ha realizado cuatro viajes a la ISS, bate el récord de tiempo acumulado en el espacio por un estadounidense, con 540 días.

El récord mundial de tiempo ininterrumpido pasado en el espacio lo ostenta el ruso Valeri Poliakov, con más de 14 meses a bordo de la estación espacial Mir en 1995.




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