Brexit sin acuerdo, una amenaza ante la cual Londres acelera sus preparativos
El gobierno británico está acelerando los preparativos ante la eventualidad de un Brexit sin acuerdo, afirmó este lunes la primera ministra Theresa May, tras anunciar el aplazamiento de la votación en el Parlamento del acuerdo negociado con Bruselas.
El gobierno británico está acelerando los preparativos ante la eventualidad de un Brexit sin acuerdo, afirmó este lunes la primera ministra Theresa May, tras anunciar el aplazamiento de la votación en el Parlamento del acuerdo negociado con Bruselas.
"Mientras no logremos ratificar un acuerdo, aumenta el peligro de un Brexit sin acuerdo. Así que el gobierno intensificará el trabajo de preparación para ese resultado potencial", afirmó ante los diputados.
Nadie puede decir a ciencia cierta qué ocurriría si el país se ve abocado el próximo 29 de marzo a una salida brutal, pero ante la incertidumbre las autoridades británicas han advertido a la población, en varias notas técnicas, de algunas de las cosas para las que se pueden preparar si ocurre lo peor.
- Gastos de telefonía y bancarios -
En la telefonía móvil dejaría inmediatamente de aplicarse la itinerancia gratuita, por lo que los británicos que se encuentren en Madrid, París o Berlín tendrían que pagar cargos adicionales. Y los habitantes de Irlanda del Norte deberían vigilar que sus teléfonos no se conecten a operadores de la vecina República de Irlanda si se acercan mucho a la frontera.
Algo similar ocurría con las tarjetas de crédito y débito, que sufrirían gastos adicionales, mientras que las gestiones bancarias serían "más lentas", según Londres.
- Caos en los aeropuertos -
Los aviones británicos perderían la licencia para volar a Europa tras la entrada en vigor del Brexit a las 23H00 GMT del 29 de marzo, sumiendo a los grandes aeropuertos londinenses en un caos que podría propagarse por todo el mundo.
Londres dice "contemplar" dar una autorización especial a las aerolíneas europeas para que sigan volando a Heathrow y otros destinos británicos y "esperaría" que los otros 27 países de la UE hiciesen lo mismo.
También los servicios del tren de alta velocidad Eurostar podrían sufrir las consecuencias del fin de las licencias en Europa para los operadores ferroviarios británicos.
- Papeles, papeles, papeles -
Los trámites administrativos pueden dispararse a un nivel de pesadilla. Las empresas que hacen negocios con Europa tendrían que llenar montañas de declaraciones de aduanas.
Los turistas británicos que quieran alquilar un vehículo podrían necesitar un permiso de conducir internacional porque los suyos no serían válidos en el continente y hasta las mascotas necesitarían nuevos papeles para viajar tras perder sus pasaportes europeos.
- medicamentos y esperma -
La situación podría ser más preocupante para las personas que dependen de un tratamiento médico: las autoridades están convenciendo a las empresas farmacéuticas de que hagan reservas adicionales para seis semanas además de las de tres meses que ya tienen establecidos.
Esto debería permitir cubrir interrupciones de corto plazo por el bloqueo de las aduanas.
Igualmente, Reino Unido ya no podría acceder a los bancos de esperma europeos. Los establecimientos británicos deberán desarrollar nuevos acuerdos y podrían recurrir a las importaciones de terceros países.
- Advertencias a los consumidores -
El gobierno ha advertido también de que las compras en línea realizadas en euros podrían sufrir "incrementos de precios y tiempos de tratamiento más lentos".
Y actividades lúdicas como ver una película en el teléfono o la tableta mientras se viaja por el continente podrían ser mucho más complicadas: en teoría los británicos podrían perder el acceso a los servicios de streaming cuando estén fuera de Reino Unido porque el país ya no estaría en el "mercado único digital" europeo.
- Whisky y pedigrí -
Los británicos están orgullosos de su whisky escocés y de su queso de Stilton, pero el estatus de todos sus productos, desde los dulces de Cornish hasta las tartas de jamón de Melton Mowbray quedaría en el aire porque perderían sus "denominación de origen protegida" (DOP) en Europa.
Los 86 productos británicos con DOP representan una cuarta parte de todas sus exportaciones de comida y bebidas.
E incluso los criadores de caballos de purasangre en Reino Unido tendrían dificultades para exportar sus animales al continente porque sus denominaciones de pedigrí ya no serían válidas.
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