L’Bel presenta UV Defense 365 Total
Al elegir un bloqueador solar, las personas suelen prestar especial atención al Factor de Protección Solar (FPS) que se indica en el envase; sin embargo, un alto nivel de FPS no asegura una protección integral para la piel ya que éste se refiere únicamente al nivel de protección contra los efectos de los rayos UVB.
28 de junio de 2012 » Archivo

El Factor de Protección Solar (FPS) es una medida estándar que mide la protección que una sustancia ofrece únicamente en contra de los efectos de los rayos UVB sobre la epidermis, la capa más superficial de la piel. Actualmente se cree que mientras más alto sea el FPS, mejor será la protección que ofrecerá. Sin embargo, organismos internacionales como The Skin Cancer Foundation afirman que un FPS mayor a 50 no es necesario. Inclusive la FDA, entidad que regula los alimentos y medicamentos en Estados Unidos, no permite la comunicación masiva de FPS mayores a 50; lo que nos lleva a concluir que ningún FPS, aún si es de 100, ofrece un 100% de protección.
Juan Carlos Salgado, Director Científico de Investigación y Desarrollo de Belcorp Colombia, nos comenta que “Un FPS 50 cubre el 98% de los efectos de los rayos UVB, mientras que un FPS 100, la cubre en un 99%, requiriendo éste último el doble de filtro sobre la piel para lograr una mejora poco relevante en protección”.
Si bien la mayoría de los bloqueadores solares ofrecen protección en contra de los rayos UVB causantes del enrojecimiento, aparición de manchas y, a largo plazo, el desarrollo de cáncer de piel; éstos no ofrecen protección contra los rayos infrarrojos IR-A y los UVA, radiaciones que llegan a capas más profundas de la piel y que son las causantes de cambios químicos que degeneran la producción de colágeno y con ello la pérdida de firmeza y elasticidad, favoreciendo lo que se conoce como foto envejecimiento.
El foto envejecimiento es la aparición de signos de la edad en la piel debido a la exposición solar sin protección y representa el 90% de los casos de envejecimiento prematuro. Las principales manifestaciones se presentan en zonas como el rostro, el cuello y las manos, que por lo regular tienen mayor exposición al sol.
“Es necesario promover a temprana edad una cultura de protección integral contra los efectos del sol, ya que el daño que se acumula en los primeros 18 años corresponde al 70% de la radiación que se absorberá durante toda la vida” agregó el especialista.
Si bien el sol es la principal fuente de radiación que recibe el ser humano, la luz artificial en interiores también aporta cantidades constantes de radiación que además de afectar la piel, se acumula en sus tejidos.
Debido a lo anterior, el uso del bloqueador solar ha dejado de ser exclusivo de los días soleados, y ya no sólo es necesario cuidar la piel del impacto de los rayos UVB con un FPS suficiente, sino también es necesario buscar productos que cuenten con la protección integral en contra de la radiación infrarroja (IR-A) y UVA que provenga tanto de fuentes naturales como artificiales.