La desigualdad social es el gran desafío
Felizmente que el ser humano es una tarea inacabada en si mismo y sus potencialidades son infinitas.
28 de junio de 2007 » Archivo

Los peruanos no somos la excepción. Entonces nuestros técnicos y autoridades deben desplegar toda su creatividad para atender las urgentes necesidades sociales y evitar las consecuencias negativas de sus reclamos mal encausados.
Ahora que las cifras macroeconómicas del Perú están de un color azul envidiable por otras economías, tenemos como sociedad la urgente tarea de solucionar las carencias de nuestra población mayoritaria.
No podemos, y mucho menos debemos, buscar subterfugios y excusas para evadir nuestra responsabilidad técnica, social y política, de paliar la miseria material de la casi cuarta parte de los habitantes del país que se sobreviven en la extrema pobreza.
Nadie está pidiendo que botemos el agua con la criatura, ni que nos disparemos a los pies. La economía debe seguir manejándose con racionalidad y sin populismos; pero tampoco podemos esperar el espontáneo “chorreo” de la estabilidad y crecimiento de la actividad económica, para encarar las responsabilidades sociales del Estado y la sociedad peruana.
Simple y llanamente, pedimos que los técnicos, los dirigentes y los políticos, justifiquen su razón de ser y en muchos casos sus remuneraciones financiadas por el erario nacional, encontrando soluciones concretas a los problemas de exclusión y pobreza.
Ciertamente, lo que la mayoría pobre de los peruanos requerimos es ese anunciado “TLC hacia dentro”, con sostenibilidad, sin duda, pero también pronto, pues en el largo plazo todos estaremos muertos.
Por: Eduardo Lastra D.Presidente del Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial, ILADE.