Economia

El 2do gobierno de Belaúnde en la economia peruana

El retorno a la democracia permitió a los peruanos elegir entre la izquierda, fuertemente conservadora, o el intermedio. Los peruanos eligieron Belaúnde y su partido, como el camino del medio.


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Fernando Belaunde

El gobierno de Belaúnde trató de volver la economía a un sistema más abierto mediante la reducción de barreras a las importaciones, la aplicación de las reformas financieras destinadas a fomentar los mercados privados, y la inversión de la orientación estatista del sistema de Velasco. Pero nunca el nuevo enfoque tuvo la oportunidad de llegar muy lejos debido a una serie de problemas macroeconómicos.

Por un lado, el gobierno se preocupa con razón acerca de continuar la inflación, pero cometió el error de centrar la explicación en el crecimiento monetario derivado de los excedentes de exportación que heredó desde el principio. Esa posición hizo parecer deseable a seguir tratando de promover las exportaciones y las deseables para aumentar el gasto nacional y las importaciones.

Por otro lado, los objetivos personales y políticos el presidente Belaúnde incluyó el uso de la inversión pública activa para el desarrollo del interior del país y responder a las necesidades evidentes de mejora de las infraestructuras. Al ver el excedente de exportación como la principal fuente de desequilibrio macroeconómico, el gobierno decidió eliminarlo mediante la eliminación de restricciones a las importaciones, reduciendo la devaluación nominal para permitir que el tipo de cambio real se aprecie, y el aumento de los gastos públicos de inversión.

El tipo de cambio real se apreció hasta 1981 y 1982, la inversión del sector público aumentó 54 por ciento en términos reales desde 1979 a 1982, y el consumo del sector público aumentaron un 25 por ciento durante el mismo período de tres años. La combinación efectiva convirtió el superávit de cuenta corriente en un gran déficit, como el aumento del gasto, más liberalización de las importaciones prácticamente se duplicaron las importaciones de bienes y servicios entre 1979 y 1981. El reconocimiento también de las exportaciones de manufacturas volvió de nuevo hacia abajo, y una caída de los precios externos de exportaciones de productos primarios los hizo bajar también. Y entonces el error de centrarse en el excedente de exportación anterior como la principal causa de la inflación se convirtió en claro: los aumentos en el gasto condujo a un salto de la inflación a pesar de la vuelta a un déficit externo. La tasa de inflación pasó de 59 por ciento en 1980 a 111 por ciento en 1983.

Nada mejor cuando el gobierno de entonces trató de ir en reversa con políticas macroeconómicas contractivas y la depreciación renovado. Salida hundió, pero la inflación, una vez más se fue arriba en vez de hacia abajo, a 163 por ciento en 1985. En ese momento, el pesimismo sobre la capacidad del gobierno para resolver nada, las expectativas de inflación se convierta en convicciones comprensibles, y el efecto precio-el aumento de la devaluación se combinaron para dar Perú una inflación imparable a pesar de la eliminación de cualquier cosa que pueda ser considerado un exceso de demanda. El gobierno al parecer, perdió su sentido de dirección, se retiró de su intento de volver a abrir la economía al regresar a los niveles arancelarios más elevados, y de otra manera no hizo mucho, salvo esperar a que su propio fin en 1985.

 

Fuente: Rex A. Hudson, ed. Peru: A Country Study. Washington: GPO for the Library of Congress, 1992.




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