Desde Taybeh (Territorios Palestinos) (AFP)

Un rabino ayuda a agricultores de Cisjordania frente a violencia de los colonos

Con un traje protector, el rabino Arik Ascherman monta guardia en un olivar de Cisjordania ocupada para proteger a los agricultores palestinos de la violencia que se ceba con ellos desde la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.

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El rabino Arik Ascherman, cofundador de la ONG Rabinos por los derechos humanos, ayuda a los palestinos con la cosecha de aceitunas el 9 de noviembre de 2023 a las afueras de Ramala, en la Cisjordania ocupada - AFP/AFP
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Con un traje protector, el rabino Arik Ascherman monta guardia en un olivar de Cisjordania ocupada para proteger a los agricultores palestinos de la violencia que se ceba con ellos desde la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.

"No hay ninguna excusa, ninguna explicación, ninguna justificación a lo que hizo Hamás" el 7 de octubre, afirma el hombre, de 64 años.

Milicianos del movimiento islamista mataron ese día a 1.200 personas en Israel y secuestraron a más de 240, según las autoridades israelíes.

Israel bombardea desde entonces la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, y lanzó incursiones terrestres. Según el grupo islamista, más de 11.100 personas murieron hasta ahora en el pequeño enclave.

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Dos personas recolectan aceitunas en un olivar a las afueras de Ramala, en la Cisjordania ocupada, el 11 de noviembre de 2023 (AFP/AFP)

"El israelí promedio no está listo ni quiere hacer la distinción entre los palestinos terroristas y los palestinos terrorizados", dice Ascherman, cofundador de la oenegé Rabinos por los derechos humanos, a AFP.

Mientras habla, un grupo de agricultores deja caer aceitunas en una lona colocada al pie de árboles centenarios.

- Colonos y soldados -

"¿En verdad destruirás al justo junto con el impío?", dice Ascherman, citando al Antiguo Testamento.

"Llevo 28 años haciendo esto y nunca me habían marginado tanto", cuenta, el pecho recubierto por una malla protectora bajo la camisa.

Cada año, en otoño, en Cisjordania, territorio palestino ocupado desde más de cinco décadas por Israel, colonos incendian o arrancan árboles y los soldados israelíes bloquean el acceso a los olivares.

Pero esta temporada es especial porque coincide con la guerra en Gaza y el recrudecimiento de los enfrentamientos en Cisjordania, donde ya murieron más de 180 palestinos desde el 7 de octubre, según las autoridades locales.

Los soldados israelíes multiplican las incursiones hasta en el centro de las ciudades. Según la ONU, los ataques de los colonos pasaron de tres a siete al día.

A finales de octubre, mataron a un agricultor que trabajaba en los olivares, señala la oenegé israelí de derechos humanos B'Tselem.

Desde el 7 de octubre, añade B'Tselem, "han aumentado los incidentes en los que colonos violentos atacan a palestinos vestidos con uniformes militares y en posesión de armas estatales".

Según la ONU, en casi la mitad de los casos de violencia de los colonos "las fuerzas de seguridad israelíes les acompañaron o apoyaron activamente".

El ejército israelí aseguró que en el caso del agricultor asesinado en su olivar, "parece que participó un soldado que no estaba de servicio". Las autoridades competentes abrieron una investigación.

- "El doble de miedo" -

"Desde el 7 de octubre, tenemos el doble de miedo de los colonos", asegura Samir Abdelkarim, de 63 años.

En su pueblo, Dura Al Qarea, "no pudimos acceder a nuestros árboles" porque "los colonos y el ejército israelí nos disparan", denuncia.

"Desde nuestro punto de vista, parece que los colonos tratan de abrir un nuevo frente", afirma a AFP Dani Brodsky, director de Rabinos por los derechos humanos en los Territorios Palestinos ocupados.

"Es duro perder esta temporada de cosecha, pero rezamos por la paz y estamos listos a trabajar" para ella, añade.

La AFP no vio a ningún colono ese día. Todos los agricultores palestinos rechazaron ser citados o filmados por miedo a represalias.

En el pasado, este pequeño territorio que cuenta con cerca de 10 millones de olivares, "la temporada de la cosecha de olivos era un verdadero festival, pero ya no es el caso hoy", lamenta Suad Mahmud, de Dura Al Qarea.

"Los olivos son muy importantes para nosotros, no podríamos vivir sin ellos", sentencia.




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