Sambando para atraer la lluvia

Hay problemas que no se olvidan ni en Carnaval, y hasta el mismísimo Rey Momo ha tenido que lidiar con la falta de agua en Sao Paulo.

Entre frenéticos pasos de samba, plumas y tambores, la mayor ciudad de Sudamérica cerró en la madrugada del domingo sus desfiles cantando y bailando al tema que más le preocupa: la lluvia.

Un Dios de brazos cruzados sobre las nubes de Sao Paulo coronaba uno de los carros alegóricos de la escuela de samba X9 Paulistana. En la parte baja, sin parar ni un segundo de los 65 minutos que duró el desfile, los dedicados bailarines sambaban bajo duchas que en vez de agua sacaban la lengua.

"¿Habrá que esperar a la providencia divina?", se leía en uno de los cinco carros que acompañaron el desfile de los 2.800 miembros de la última escuela en desfilar en la máxima categoría del Carnaval de Sao Paulo.

La lluvia no llega al corazón económico de Brasil y, mientras los políticos locales se intercambian las culpas y los ambientólogos auguran lo peor, los 2.800 miembros de la X9 Paulistana le pusieron mucho humor al debate.

En su desfile hubo referencias al diluvio universal, a los orishas, a San José o al ya famoso sistema Cantareira, un habitual de la prensa paulista.

Estas represas que abastecen a un 45% de la región metropolitana de Sao Paulo siguen en mínimos históricos desde el inicio del seco verano de 2014 y podrían agotarse en abril si no aumentan las precipitaciones

A causa de la histórica sequía que castiga al sudeste de Brasil, tanto la periferia de Sao Paulo como el interior de este estado de más de 40 millones de habitantes enfrentan desde el año pasado cortes de agua no programados.

La reducción de la presión en el suministro es una nueva realidad del día a día de los paulistas, que temen que la situación vaya a peor si, como afirman los expertos, el agua de esta temporada de lluvias no es suficiente para aumentar el nivel de unas represas en números rojos.

- 'Sin fiestas con el agua'-

Pese a que el carnaval de Sao Paulo no tiene la fama y el brillo de la famosa fiesta de Rio de Janeiro, en los últimos años tanto las inversiones públicas como las privadas han impulsado los desfiles en la capital económica de Brasil.

Entre los abarrotados puestos de cerveza del Sambódromo de Anhembi y los accesos a las gradas con aforo para 30.000 personas sobresale un mensaje del gobierno del estado:

"En Carnaval no ahorre alegría, pero con el agua, nada de fiestas".

Tras meses negando la existencia de los racionamientos, las autoridades de Sao Paulo lanzaron la campaña "Cada gota cuenta" para incentivar el uso responsable del agua.

Al menos 15 ciudades del interior del estado han cancelado su carnaval por problemas derivados de la crisis hídrica, según publicó a finales de enero el sitio UOL.

Preguntado por la AFP, el gobierno del estado afirmó que esas decisiones corresponden a los municipios y que no se había realizado ningún recuento.

Vestida de una fresca flor de brillantes pétalos rosas, y aún con la agitación del desfile en el cuerpo, Haidé Tomás se despide de sus compañeras en una de las salidas del Sambódromo.

Ha terminado el desfile y ya es plenamente de día en la zona norte de Sao Paulo.

"El tema del agua surgió porque el año pasado llovió mucho durante nuestro desfile y lo complicó todo. Este año quisimos utilizar aquella dificultad a nuestro favor", afirma esta coordinadora administrativa de 55 años, que lleva 3 desfilando con la X9 Paulistana.

"Lo de la sequía fue un motivo más para elegir este tema", añade antes de contar cómo en su casa ha disminuido la presión del agua y que también teme que lleguen los cortes. "Es un problema muy grave", reconoce.

Pero hoy aún es Carnaval.