Desde París (AFP)

Los pueblos autóctonos, guardianes asediados de la naturaleza mundial

De la Amazonia a Oceanía, los pueblos autóctonos han conseguido frenar el declive de los ecosistemas con sus conocimientos ancestrales, pero estos "guardianes" de la naturaleza están sometidos a una presión cada vez más difícil de soportar.

Medioambiente, biodiversidad, ONU, clima, indígenas
Una familia indígena Arara permanece fuera de su casa en la tierra indígena de Arara, ubicada entre las ciudades de Uruara y Medicilandia, en el estado de Pará, Brasil, el 13 de marzo de 2019 - AFP/AFP
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De la Amazonia a Oceanía, los pueblos autóctonos han conseguido frenar el declive de los ecosistemas con sus conocimientos ancestrales, pero estos "guardianes" de la naturaleza están sometidos a una presión cada vez más difícil de soportar.

Por primera vez a este nivel, el informe del grupo de expertos de la ONU sobre la biodiversidad (IPBES) publicado el lunes integra los saberes, los problemas y las prioridades de estas comunidades junto a las contribuciones científicas clásicas.

"Son claramente los guardianes de la naturaleza para el resto de la sociedad", insiste Eduardo Brondizio, uno de los principales autores de este informe que requirió tres años de trabajo antes de los seis días de negociaciones plenarias en París la semana pasada.

Estos pueblos, que representan varios cientos de miles de personas repartidas por todo el planeta, gestionan "una cuarta parte de las tierras del planeta. Y es allá donde encontramos la naturaleza mejor conservada", precisa este brasileño a la AFP.

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Pérdida de biodiversidad en el mundo (AFP/AFP)

Un reconocimiento acogido con satisfacción por estas comunidades a menudo miradas con superioridad.

"Este informe hace oír la voz de los pueblos autóctonos e incluso trata de fortalecerla a nivel internacional", se congratula Lakpa Nuri Sherpa, de la organización Asian Indigenous Peoples Pact.

"Demuestra a los que deciden que los pueblos autóctonos son los que protegen, conservan y alientan una gestión sostenible de la biodiversidad", señala a la AFP.

Un logro que se explica principalmente por su dependencia todavía mayor de los frutos de esta naturaleza, y el contragolpe inmediato en caso de mala gestión, señala el informe.

Y también porque "nosotros tenemos una relación espiritual, sagrada con nuestros recursos naturales", insiste Lakpa Nuri Sherpa.

- "Gallina de los huevos de oro" -

A pesar de todo, estos ecosistemas también declinan bajo la influencia del empobrecimiento de los saberes ancestrales, del desajuste climático y sobre todo de un cambio de utilización de las tierras principalmente impuesto desde el exterior.

"La presión que tienen que soportar es enorme", subraya Eduardo Brondizio.

Deforestación para dar espacio a los monocultivos, minas, infraestructuras... "Extendemos constantemente las fronteras de la extracción de recursos en el mundo. Los pueblos autóctonos son empujados cada vez más lejos por los que invadían su territorio desde hace 500 años. Pero cada vez los vuelven a alcanzar", continúa el investigador.

Sus representantes piden desde hace tiempo una protección.

"Si no se reconocen sus derechos, los pueblos autóctonos tendrán dificultades para seguir gestionando estos recursos", alega Lakpa Nuri Sherpa, quien denuncia en particular los "acaparamientos de tierras".

Una cuestión todavía más sensible hoy en la Amazonia con la llegada al poder en Brasil del utraderechista Jair Bolsonaro.

El discurso del presidente brasileño orientado hacia la explotación de los recursos y las exportaciones "vilipendia a los pueblos autóctonos" y "desprecia las riquezas de la Amazonia", opina Eduardo Brondizio, quien sobre este punto habla a título personal.

"Es como utilizar la gallina de los huevos de oro para hacer una sopa de pollo", dice.

Al contrario, este experto aboga por que el resto del mundo saque "lecciones" de la manera como estas comunidades gestionan sus tierras. "Algunas cosas pueden transponerse a gran escala", señala, utilizando como ejemplo la cultura agroforestal del azaí, la fruta energética de moda.

Aroha Te Pareake Mead, representante del Foro internacional Indígena sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IIFBES) en la reunión del IPBES en París, va más lejos.

Está convencida de que el concepto maorí de "kaitiakitanga", que describe la responsabilidad de "guardián" de la naturaleza transmitida de generación en generación, debe adoptarse a nivel mundial.

"Tal vez así tendríamos una oportunidad de salvar nuestro planeta y toda su biodiversidad", dice.




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