La ciudad suiza de Locarno le declaró la guerra al zika y ordenó a sus habitantes eliminar las aguas estancadas donde prolifera el mosquito que lo transmite, so pena de multas de hasta 10.000 francos suizos (unos 9.000 euros).
La ciudad suiza de Locarno le declaró la guerra al zika y ordenó a sus habitantes eliminar las aguas estancadas donde prolifera el mosquito que lo transmite, so pena de multas de hasta 10.000 francos suizos (unos 9.000 euros).
Antes de la llegada del verano (boreal), la municipalidad de esta pequeña ciudad de habla italiana acaba de publicar una lista de consignas para evitar la proliferación del mosquito tigre, detectado en la región desde 2003, informó el viernes la radio y televisión suiza RTS.
La ordenanza municipal pide a los habitantes que rieguen sus macetas con agua fresca y las dejen secar al menos una vez por semana. También prohíbe dejar que el agua de lluvia se encharque en neumáticos desechados o en cualquier tipo de recipientes.
Los residentes tendrán que vaciar sus contenedores de basura por lo menos una vez a la semana y cerrar los sacos de desechos herméticamente, indica el documento de la alcaldía, que amenaza a los infractores con fuertes multas más el pago por desinfección de insectos.
Según la agencia de prensa ATS, las disposiciones entrarán en vigor el 11 de marzo, con el objetivo de brindar a los habitantes de la ciudad turística a orillas del lago Mayor el tiempo necesario para ponerlas en práctica.
El mosquito 'tigre' ('Aedes albopictus') es de la misma familia que el 'Aedes aegypti', vector de zika, dengue, chicunguña y fiebre amarilla en América Latina y África. Ese insecto es potencial portador del zika, sospechoso de provocar graves malformaciones congénitas como la microcefalia. También se le vincula con el síndrome de Guillain-Barré, enfermedad neurológica que puede provocar una parálisis irreversible e incluso la muerte.
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