Desde Koriyama (Japón) (AFP)

Jóvenes profesionales en el ámbito nuclear en Japón, un perfil a contracorriente

Tenemos que estar motivados. Para los jóvenes japoneses, estudiar energía atómica y convertirse en un ingeniero o investigador en este sector es una elección de vida a contracorriente, desde el trauma nacional provocado por el accidente de Fukushima en 2011.

Japan,nuclear,politics,environment,social
El desastre de Fukushima de 2011 hizo que trabajar en la industria nuclear fuera poco atractivo, pero un nuevo impulso del gobierno para revivir el sector podría cambiar la tendencia, el 17 de febrero de 2015 - AFP/International Atomic Energy Agency (IAEA)/AFP/Archivos
Anterior Siguiente
Síguenos en Google News

"Tenemos que estar motivados". Para los jóvenes japoneses, estudiar energía atómica y convertirse en un ingeniero o investigador en este sector es una elección de vida a contracorriente, desde el trauma nacional provocado por el accidente de Fukushima en 2011.

El gobierno japonés se ha propuesto relanzar ahora la energía nuclear, sobre todo la construcción de reactores de nueva generación, para reducir la extrema dependencia del país a las energías fósiles importadas y sus importantes emisiones de CO2.

Este proyecto políticamente sensible es también un desafío en términos de recursos humanos, puesto que el número de estudiantes en ciencias nucleares en Japón descendió más del 25% entre 2011 y 2021, según cifras del Ministerio de Educación.

Kota Kawai, presidente de una red japonesa de jóvenes profesionales en el sector de la energía nuclear, opina que estos datos varían mucho de un año a otro y afectan a unos pocos centenares de estudiantes.

noticia
Las zonas prohibidas representan alrededor del 2,4 por ciento de la prefectura de Fukushima, pero muchas personas optaron por no regresar a sus antiguos hogares después del desastre de 2011. Foto tomada el 21 de febrero de 2021 (AFP/AFP/Archivos)

"Incluso, después del accidente de Fukushima, los estudiantes se interesaron en cómo superar estas grandes dificultades. Muchos se interesaron en el ámbito del desmantelamiento (de reactores)", señala Kawai a la AFP, entrevistado a finales de noviembre por, al margen del International Youth Nuclear Congress (IYNC).

"El problema radica en que pocas personas (en Japón) saben cómo construir nuevas centrales nucleares", advierte Kawai.

Este foro de intercambio entre estudiantes y jóvenes profesionales de la energía nuclear de todo el mundo se organizó por primera vez en Japón y -como símbolo- en el departamento de Fukushima, en Koriyama (noreste).

Kawai, copresidente del IYNC de Koriyama, recuerda que en la cultura japonesa no es apropiado expresar su "orgullo", independientemente de su profesión. Pero como jóvenes profesionales de la energía nuclear, "debemos estar motivados, decir lo que pensamos, lo que hacemos", asegura.

- Tepco, grupo paria -

Chisato, de 28 años, estudió química y radiobiología. Después de trabajar desde 2017 hasta 2020 en Tepco, el operador de la planta accidentada de Fukushima Daiichi, ahora ocupa un puesto en el extranjero.

La catástrofe de Fukushima fue "el punto de partida" de su interés por la energía nuclear cuando todavía estaba estudiando en la escuela secundaria, relata a la AFP la joven, que declina revelar su apellido.

"Después del accidente, había tanta información confusa en los medios, como por ejemplo sobre el nivel de las radiaciones en Fukushima (...). Generaba mucha ansiedad en la gente. Así que quería conocer toda la historia, los hechos, de manera neutral", puntualiza Chisato.

Este desastre no causó víctimas de inmediato, pero provocó la evacuación de unos 100.000 habitantes en los alrededores. En 2018, Japón reconoció una muerte por radiación, un empleado de la central nuclear.

Chisato se acuerda también de su "estupefacción" durante su entrevista de trabajo en Tepco cuando le preguntaron si sus padres aprobaban que se uniera a esta empresa, cuya reputación se hundió después de la catástrofe.

Más tarde, se enteró de que algunas personas que estaban a punto de ser contratadas por Tepco retiraban a veces su candidatura en el último momento después de haber sido disuadidas por sus familias.

Sus propios padres también estaban preocupados por que fuera a trabajar a Fukushima Daiichi. "Les expliqué que no afectaría mi salud", afirma Chisato.

- Muy incierto -

"Mis padres y amigos nunca han criticado mi elección profesional", cuenta Hikari, una investigadora de 28 años, en un gran conglomerado industrial japonés que también prefiere mantener el anonimato.

Pero, Hikari tuvo que luchar "durante años" con su marido en contra de la energía nuclear: "Terminó respetando mi decisión porque comprendió lo comprometida que estaba con mi trabajo".

Kyohei Yoshinaga, de 30 años, investigador de tecnología eléctrica y energética en el think tank japonés Mitsubishi Research Institute, entró en la universidad el mismo año de la catástrofe de Fukushima.

"El gobierno ahora quiere utilizar la energía nuclear todo lo posible, porque hay una necesidad actual" con el aumento de los precios de la electricidad, señala Yoshinaga.



Este sitio usa imágenes de Depositphotos