Desde Houston (Estados Unidos) (AFP)

Joseph Gutheinz Jr, cazador de rocas lunares desaparecidas

Tras el "gran salto para la humanidad" de Neil Armstrong, hace casi 50 años, el entonces presidente estadounidense Richard Nixon ofreció recuerdos de la Luna a cada Estado del planeta, a la sazón 135, como señal de la buena voluntad de su país.

US, space, anniversary, moonrocks, NASA, politics, science
Joseph Gutheinz Jr, en junio de 2019 en Houston - AFP/AFP
Anterior Siguiente

Tras el "gran salto para la humanidad" de Neil Armstrong, hace casi 50 años, el entonces presidente estadounidense Richard Nixon ofreció recuerdos de la Luna a cada estado del planeta, a la sazón 135, como señal de la buena voluntad de su país.

Decenas de esos fragmentos de Luna desaparecieron desde entonces en condiciones rocambolescas propiciadas por coroneles corruptos, dictadores depuestos y otros personajes extravagantes del último medio siglo.

Joseph Gutheinz Jr., de 63 años, se ha propuesto encontrarlos, ganándose así el apodo de "cazador de rocas lunares".

"¿Las piedras de Libia? Desaparecidas", dice. "¿Las de Afganistán? Desaparecidas".

noticia
Una réplica de un fragmento de Luna en la oficina de Joseph Gutheinz Jr., en junio de 2019 en Houston (AFP/AFP)

"Hay gente que busca rocas, yo cazo las rocas de la era Apolo", explica a la AFP este exagente especial de la NASA, en su oficina de Houston, cerca del mítico centro espacial Johnson.

Los astronautas estadounidenses son los únicos que pisaron la Luna, durante las misiones realizadas entre 1969 y 1972. Ahí recolectaron 382 kilos de material lunar que llevaron a la Tierra.

Estados Unidos regaló un fragmento de roca de la primera y la última misión (Apolo 11 y 17) a todos los países y a cada uno de sus 50 estados.

Los pedazos regalados eran pequeños, del tamaño de un grano de arroz o de una canica, cubiertos con un plástico transparente y fijados a una placa de madera en la que aparecía una bandera miniatura del país receptor.

De los 270 fragmentos ofrecidos al resto del mundo, decenas están en paradero desconocido. Fueron robados, vendidos por millones de dólares a coleccionistas privados o simplemente desaparecieron o fueron destruidos.

- Operación "Eclipse de Luna" -

"Eran regalos" (...) No iban destinados a particulares", dice Gutheinz.

"Quería que esos pedazos de historia fueran devueltos a los pueblos", insiste este abogado que está obsesionado con esa búsqueda aunque abandonó la NASA en el año 2000.

Para él todo empezó en un periodo en el que luchaba contra la corrupción entre los contratistas de la NASA de día y estudiaba derecho de noche.

"Después de Apolo 11, unos estafadores iban de puerta en puerta para vender falsos fragmentos de Luna", recuerda. "Eso no me gustaba en absoluto".

Lanzó la operación "Eclipse de Luna" en 1998 para desenmascarar a esos estafadores. Publicó entonces un anuncio falso en el diario USA Today con la ayuda de un agente del servicio de correos: "Se buscan rocas lunares".

Al cabo de unas semanas, un hombre llamado Alan Rosen contactó con ellos y les ofreció una piedra lunar por cinco millones de dólares.

Gutheinz organizó el intercambios, pero las autoridades federales se negaron a prestarle el dinero necesario para la operación. El multimillonario texano Ross Perot, excandidato a la Casa Blanca, los salvó del apuro aportando los fondos.

La venta se llevó a cabo en una sala segura de un banco de Miami.

"En cuanto agarramos la piedra lunar, vimos que era la de Apolo 17 entregada a Honduras", dice. "Hubo un golpe de estado militar en Honduras. Y para darle las gracias a uno de sus coroneles, el dictador le regaló la piedra".

Alan Rosen había comprado ese fragmento de roca a ese militar por 50.000 dólares.

Tras años de peripecias judiciales, Honduras acabó recuperando su tesoro.

Desde que inició su búsqueda Gutheinz encontró esa roca, y sus estudiantes de derecho localizaron otras 78.

- "La encontraré" -

Una roca lunar sustraída en Nicaragua también tuvo una historia con sobresaltos. El fragmento de Apolo 11 acabó en manos de un magnate de los casinos de Las Vegas, Bob Stupak, que lo compró a un misionario baptista, que lo había adquirido en Costa Rica.

Stupak exhibió la roca durante un tiempo en su Moon Rock Cafe. Y dos años después de su muerte, un representante legal del empresario llamó a Gutheinz para saber qué tenía que hacer con ella.

"Entréguela a la NASA y hágale prometer que la devolverá a Nicaragua", respondió el abogado. "Y eso es exactamente lo que hicieron", afirma.

El investigador piensa que la piedra de España está en la familia del dictador fallecido Franco.

"Se cree que uno de los nietos de Franco intentó vender la roca de Apolo 11 en Suiza, pero que Interpol se lo impidió", explica Gutheinz.

La roca de Apolo 17 se encuentra en el Museo Naval de Madrid.

Una de las dos muestras de Rumanía desapareció también. "Tras la ejecución de Nicolae y Elena Ceausescu el día de Navidad de 1989, los herederos de ese horrible dictador comunista se la vendieron a un capitalista", cuenta. "Está en algún sitio; algún día la encontraré".




Te puede interesar

Este sitio usa imágenes de Depositphotos