Desde Fráncfort (AFP)

El automóvil, blanco de la generación del clima

El Salón del Automóvil de Fráncfort se enfrenta a una encarnizada oposición ecologista, con manifestaciones e intentos de bloqueo, señal de que incluso en Alemania el sector automovilístico ha dejado de ser intocable.

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Unos ecologistas se manifiestan contra la industria del automóvil delante de la entrada del Salón de Fráncfort, el 12 de septiembre de 2019 - AFP/AFP/Archivos
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El Salón del Automóvil de Fráncfort se enfrenta a una encarnizada oposición ecologista, con manifestaciones e intentos de bloqueo, señal de que incluso en Alemania el sector automovilístico ha dejado de ser intocable.

"La industria automovilística ha engañado con el diésel y contribuye a que la crisis climática empeore", acusa Gerald Neubauer, portavoz del grupo Campact, copromotor de una gran manifestación para este sábado contra la "política procoche".

La policía calcula que miles de personas participarán este sábado por la tarde en esta protesta en el parque de exposiciones de Fráncfort.

"Queremos una revolución de los modos de transporte", reclama Tina Velo, portavoz del colectivo "Sand im Getriebe" que para el domingo ha convocado el bloqueo de la feria. Habla bajo seudónimo.

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Activistas de Greenpeace encaramados a 4x4 sostienen pancartas con la inscripción asesinos del clima durante el Salón del Automóvil de Fráncfort, el 12 de septiembre de 2019 (AFP/AFP/Archivos)

Esta combinación de acciones legales e ilegales es el modo de proceder del movimiento de defensa del clima, en pleno auge en Europa y que ahora ataca a una industria intocable durante mucho tiempo debido a su importancia para la economía alemana.

El sector se ha debilitado desde el estallido en 2015 del escándalo de los motores diésel de Volkswagen, equipados con un programa que falseaba las mediciones de contaminación.

- Movilización ecologista -

Los temas relacionados con el cambio climático suscitan gran interés entre la opinión pública y los ecologistas aprovechan el viento a favor.

El martes, nada más abrir las puertas a la prensa, comenzaron las iniciativas de protesta en el Salón de Fráncfort. Unos veinte activistas de Greenpeace, vestidos con chaquetas verdes, inflaron un globo negro gigante con la inscripción "CO2".

"La industria automovilística sigue sin entender la crisis del clima. En vez de aplaudir aquí los SUV (4x4) que consumen mucho carburante, los constructores deben acabar con estos tanques de asalto urbanos y con los motores de combustión", ha declarado a la AFP Benjamin Stephan, activista de la oenegé.

El grupo también se manifestó el jueves en el estand de Volkswagen y de BMW durante una visita de la canciller alemana Angela Merkel a la feria. Varios manifestantes se encaramaron a vehículos SUV y desplegaron pancartas en las que se leía "Asesinos del clima".

En Alemania se han alzado voces pidiendo la prohibición de estos vehículos en el centro de las ciudades después de que uno de ellos matara a cuatro peatones en una acera la semana pasada.

"Hay que dejar la gasolina y el diésel, abandonar el motor de combustión y reducir el número de coches", enumera Neubauer.

- "Abandonar el coche" -

El Salón de Fráncfort "es un lugar simbólico donde los dirigentes políticos se reúnen con los del automóvil para aplaudir un sistema de transporte de otros tiempos", denuncia Tina Velo. "Hay que abandonar el coche, queremos ciudades sin coches".

Tina Velo representa al brazo más radical del movimiento ecologista alemán, los dispuestos a emprender acciones ilegales para atraer la atención.

En Europa se propagan como un reguero de pólvora otros más moderados, como el colectivo "Fridays for Future" (los Viernes para el Futuro) y la red europea Extinction Rebellion (Rebelión contra la Extinción). Suelen bloquear por un tiempo un lugar. En Alemania el grupo "Ende Gelände" logró en junio ocupar y obligar a cerrar temporalmente una mina de carbón.

"La industria del automóvil se encuentra bajo presión, ya no tiene el apoyo de la sociedad como hace años", concluye Tina Velo.




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