Desde Damasco (AFP)

De Damasco a Tartús, vuelve la cerveza 'Made in Syria'

Desde hace años, el bar Abu Georges, en el viejo Damasco, sirve cerveza extranjera. Pero hoy, sus clientes pueden degustar una nacional gracias al renacimiento de las fábricas de cervezas locales, víctimas de la guerra.

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Basel Abas (d), director y propietario de la cervecera Arados, brinda con un amigo el 15 de noviembre de 2017 en la fábrica de Safita, en el noroeste de Siria - AFP/AFP
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Desde hace años, el bar Abu Georges, en el viejo Damasco, sirve cerveza extranjera. Pero hoy, sus clientes pueden degustar una nacional gracias al renacimiento de las fábricas de cervezas locales, víctimas de la guerra.

Las dos cerveceras de Siria habían cerrado sus puertas al iniciarse el conflicto en 2011, pero la disminución de los combates en estos últimos meses alienta a los empresarios privados a lanzarse en este sector.

En una avenida llamada "la calle de los bares", en el corazón de la capital, jóvenes mujeres vestidas de blanco distribuyen gratuitamente a los peatones la cerveza Afamia, una de las dos nuevas marcas sirias.

"Es una buena iniciativa, la gente quiere una cerveza nacional", dice a la AFP Ghasan, copropietario del Abu Georges, un bar decorado con fotos de celebridades como Che Guevara o Marilyn Monroe.

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Un empleado de la cervecera Arados, trabaja en la fábrica de Safita, en el noroeste de Siria, el 15 de noviembre de 2017 (AFP/AFP)

Este hombre de tenue barba se desplaza ágilmente entre las mesas para servir cacahuetes, que suelen acompañar tradicionalmente la degustación de la cerveza, mientras el tintineo de los vasos se entremezcla con una música ensordecedora.

"Estoy aquí desde hace 20 años, cuando la cerveza nacional era muy popular", asegura Ghasan, de 61 años.

Antes de 2011, dos marcas locales estaban en el mercado sirio: Barada, una cervecera en la provincia de Damasco, y Al Charq, en Alepo (norte), ciudad devastada por feroces combates entre 2012 y 2016.

Al Charq cerró y Barada fue destruida. Por "extremistas", según el régimen; por un bombardeo del ejército, según los rebeldes.

- "Cerveza con nombre sirio" -

La producción de Afamia -nombre árabe de la célebre ciudad antigua de Apamea, en el centro del país- dio sus primeros pasos en 2010 cerca de Damasco, pero luego debió cerrar rápidamente debido a los combates.

La producción se pudo reanudar a finales del verano boreal pasado y la cerveza se distribuye hoy en varias provincias sirias, desde Tartús (oeste) hasta Damasco, pasando por Homs (centro).

En la "calle de los bares" en Damasco, Sabah Jadur, responsable de la sociedad, supervisa la operación de distribución de cajas de Afamia en los pubs.

"Tenía miedo de no poder probar nunca más una cerveza siria. Tengo muchas ganas de beber una cerveza con nombre sirio", dice este hombre de 42 años.

Jadus espera que Afamia se convierta "en una de las mayores fábricas cerveceras de la región".

Líbano y Egipto también producen cerveza.

En un país sometido a sanciones económicas, todo lo que permite hacer cerveza -agua de cebada, lúpulo, botellas, etiquetas e incluso los expertos- viene de la República Checa, uno de los escasos países que no rompió relaciones diplomáticas con Siria.

"La embajada checa ha mantenido sus puertas abiertas, por eso el contacto es más fácil entre los dos países", explica Basel Abas, director de la segunda cervecera siria, Arados.

Abas, de 37 años, vivió en República Checa. Ha lanzado su cervecera en cooperación con unos empresarios sirios.

- Sin publicidad alcohólica -

"Las materias primas son todas checas y no están incluidas en las sanciones. Nos llegan por el puerto de Latakia", cerca de Tartús, explica Abas, con uniforme azul, igual que el resto de los empleados.

Debido a que estas cerveceras dan sus primeros pasos, sus responsables eludieron dar cifras de negocio.

Arados se vende por 435 libras sirias (un dólar), contra 600 libras (1,4 dólares) la cerveza extranjera.

Pero, según Abas, promover su nueva marca no es nada fácil en un país "donde la publicidad de bebidas alcohólicas está prohibida".

Pero "no se trata únicamente de obtener beneficios", indica el empresario. "La cerveza muestra una imagen de Siria muy alejada del extremismo", se congratula.




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