La campaña de vacunación en Líbano puede marginar a refugiados y trabajadores migrantes, una tercera parte de la población del país en crisis, alertó el martes Human Rights Watch (HRW).
"Una de cada tres personas en Líbano es refugiado o migrante, una tercera parte de la población corre el peligro de ser olvidada en el plan de vacunación", dijo la investigadora Nadia Hardman, de HRW.
"El gobierno necesita invertir en medidas específicas para ganarse la confianza de las comunidades marginadas o los esfuerzos de vacunación contra el covid-19 están condenados al fracaso", añadió.
En febrero, Líbano empezó su campaña de inmunización masiva. El ministro de Salud, Hamad Hassan, dijo que abarcaría a toda persona residente en el país, sin tener en cuenta la nacionalidad.
El objetivo es vacunar al 80% de la población a final de año, pero el proceso está avanzando lentamente.
A 5 de abril, sólo se aplicaron 233.934 dosis, sobre todo debido a la falta de inmunizantes, indicó HRW.
"Sólo 2,86% de los que fueron vacunados y 5,36% de los que están registrados para recibir la vacuna son no libaneses", agregó.
Pero, según la organización, más de 19.900 refugiados palestinos y trabajadores sanitarios y 6.701 refugiados sirios tienen derecho a la primera fase de vacunación.
Citando datos de Naciones Unidas, HRW advirtió que "refugiados sirios y palestinos han muerto de covid-19 en una tasa cuatro y tres veces superior a la media nacional, respectivamente", e instó a las autoridades a garantizar una distribución justa de las vacunas.
En Líbano viven más de 1,5 millones de sirios, de los cuales casi un millón están registrados como refugiados con la ONU.
Según datos oficiales, hay 180.000 refugiados palestinos, pero el número real podría ser de 500.000.
Decenas de miles de trabajadores extranjeros también residen en este pequeño país del Mediterráneo.