En primer lugar , los "santos", es una palabra que proviene del término hebreo qâdosh (que significa 'elegido por Dios'), son los hombre y mujeres que sobresalen por su comunión constante con Dios y tener una relación especial con la divinidad.
En nuestro idioma español, se utiliza la palabra "Santa" cuando se refiere a una mujer.
Ejemplos:
Santa Ana, santa Teresa, santa Rita de Casia, santa Rosa de Lima, etc.
Cuando se refiere a un hombre, se utiliza siempre la apócope "San".
Ejemplos:
San Pedro, san pablo, san Judas Tadeo, san Martín de Porres, etc.
Sin embargo, tratándose de los consagrados hombres de Dios, hay excepciones en el empleo de la apócope "San", y se emplea la palabra "Santo", antes de sus denominaciones, y ello es por la eufonía, que consiste en dar armonía, de proporcionar una sonoridad agradable, como producto de la acertada combinación de los elementos acústicos de las palabras, además de no generar algunas confusiones.
No suena bien decir san Tomás, pero si santo Tomás.
Esta excepción se aplica en término completo a los siguientes nombres:
- Santo Tomás
- Santo Toribio
- Santo Medero
- Santo Domingo
- Santo Daniel
El único personaje fiel y consagrado a Dios y apóstol de Jesucristo que no lleva el apócope "san" y el término "santo", es Santiago, también por cuestiones gramaticales.
Cabe mencionar que la palabra santo se utiliza como adjetivo para indicar una relación directa con Dios. Por ello, se aplica a personas (los santos), lugares (como el Monte de Los Olivos), textos (como las Sagradas Escrituras), etc.