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Historia de los Mundiales 1

Desde 1930 la Copa del Mundo de la FIFA se ha convertido en el evento deportivo más importante del planeta. El mundo entero se paraliza para disfrutar de uno de los eventos deportivos más importantes del orbe.


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El primer mundial se llevó a cabo en Uruguay en el año 1930.  La elección de la República Oriental por Jules Rimet, presidente de la FIFA en esos años, a favor de la realización en el país sudamericano, se debió tanto por sus éxitos deportivos como por el hecho de que el país celebraría el centenario de la Jura de la Constitución.  Dichos logros deportivos fueron las medallas de oro obtenidas en los Juegos Olímpicos de París en 1924 y Ámsterdam en 1928.

La primera justa mundialista afrontó diversos problemas en su organización. Los principales países europeos declinaron de participar afirmando que no podrían costear el largo viaje a lo largo del Océano Atlántico, en medio de la fuerte crisis económica que azotó al continente como causa de la Primera Guerra Mundial. Tan sólo Francia, Bélgica, Yugoslavia y Rumania accedieron a participar.

El estadio ‘Centenario’, sede principal del Mundial, fue construido en apenas nueve meses, con obreros trabajando día y noche, en medio de lluvias torrenciales que caían en Montevideo. Finalmente, el certamen fue un éxito y ratificó la supremacía de Uruguay, que en la final se impuso 4-2 a Argentina.

Posteriormente, vino el bicampeonato italiano en 1934 y 1938. En retribución al boicot de 1930, Uruguay declinó de participar en ambos certámenes. La Copa Mundial ya se había convertido en todo un acontecimiento, tanto así que el ex líder fascista Benito Mussolini, uso el torneo para a exaltación del nacionalismo. Italia se hizo con ambos campeonatos superando en las finales a Checoslovaquia y Hungría. Durante ambas organizaciones, el ambiente de guerra ya se hacía presente, a tal punto que Alemania fue repudiada en Francia por su saludo Nazi, mientras que España declinó de participar a consecuencia de la Guerra Civil.

Para 1942, Argentina, Brasil y la Alemania habían presentado sus candidaturas para organizar el Mundial.  Sin embargo, la FIFA decidió la suspensión de todo evento mientras se llevase a cabo la Segunda Guerra Mundial.  Apenas culminó, en 1946 el máximo ente del fútbol mundial decidió volver a la disputa del certamen, otorgando a Brasil la sede, pues los países europeos no estaban en condiciones de organizar evento alguno ante las consecuencias de la guerra.

En el Mundial de Brasil 1950, Inglaterra participó por primera vez del certamen. Algo curioso pues fue el país inventor del fútbol y al mismo tiempo, uno de los eliminados en primera ronda. Brasil se perfiló como gran candidato pasando literalmente por encima de sus rivales. En la final, disputada en el mítico estadio de Maracaná, se aseguraba la vuelta olímpica del ‘Scratch’ sin imaginar que al frente, tendría a un rival con gran peso histórico en la espalda: Uruguay. Al equipo uruguayo poco le importó que en Río de Janeiro anticipen un holgado triunfo brasileño. Se dedicaron a jugar y contra todo pronóstico, salieron del estadio Jornalista Miguel Herranz con el trofeo ‘Jules Rimet’ en las manos.  Entre detalles, tanto fue la desazón de los brasileños, que tal derrota generó una epidemia de suicidios en el país a consecuencia de tan sorprendente resultado.  El propio presidente de la FIFA Jules Rimet, entregó la Copa al capitán uruguayo Obdulio Varela, casi a escondidas.

Cuatro años después, la Copa del Mundo regresó a Europa. Y en Suiza, se vio una de las primeras grandes expresiones de fútbol espectáculo de la historia. Nos referimos a Hungría, equipo liderado por el gran Ferenc Puskas y que ofreció un gran espectáculo en tierras helvéticas incluso superando a Brasil, que llegó al Mundial con sed de revancha.

Todo parecía encaminado para un título de Hungría, pero fue Alemania quien dio la sorpresa. Tuvo una primera fase irregular, a tal punto que fueron goleados 8-3 por los húngaros. Sin embargo, ambos se volvieron a encontrar el 4 de julio en el Wankdorf stadion en el denominado ‘Milagro de Berna’. Hungría ganaba 2-0, pero Alemania, con Fritz Walter y Helmut Rahn como figuras, hizo conocer al mundo su fuerza y coraje y terminó llevándose la final 3-2. La Copa Jules Rimet se instalaba por primera vez en tierras germanas.

Posteriormente, llegó la revancha de Brasil En 1958 y 1962, el ‘Scratch’ por fin pudo saborear la gloria gracias al bicampeonato. En Suecia 58, el cuadro brasileño consolidó su fútbol espectáculo en los pies de un joven de 17 años que, gracias a ese torneo, se ganaría un nombre en la historia del fútbol: Edson Arantes Do Nacimiento, pero para el mundo del balompié es y será Pelé.

El símbolo del Santos fue la manija de Brasil, que también tuvo a Garrincha como pieza fundamental. En la final, con un marcador final de 5-2 sobre Suecia, Brasil se coronó campeón del mundo por primera vez en la historia y las lágrimas de Pelé, aquel chiquillo a quien no le pesó llevar la camiseta 10, dieron la vuelta al mundo.

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En Chile 1962, Brasil confirmó su supremacía. Pelé, ya convertido en uno de los mejores jugadores del momento, no pudo participar debido a una lesión a comienzos del evento. Garrincha tomó las riendas del equipo y fue la gran figura en el torneo mundial, que se consolidó en la final ganada ante Checoslovaquia en el estadio Nacional de Santiago. En ese Mundial, se anotó el primer gol olímpico en la historia del torneo. El colombiano Marcos Coll marcó en el empate de su selección 4:4 con la Unión Soviética.

En 1966, la Copa llegó a Inglaterra y dicho certamen, fue considerado como uno de los más polémicos. Brasil, campeón defensor, quedó eliminado en primera ronda, siendo víctima del juego violento de Hungría y Portugal contra Pelé.  Uruguay y Argentina tampoco llegaron lejos, luego de quedar eliminados en cuartos de final tras arbitrajes polémicos. Fue la primera buena actuación de Inglaterra en un Mundial y lo consolidó derrotando en la final de Wembley a Alemania en un partido que tuvo una polémica que hasta hoy se discute: En el minuto 101, Geoff Hurst disparó contra la portería alemana y el balón sería despejado por el guardameta. El tiro sería considerado gol por el árbitro, desatando una polémica sobre si el balón cruzó completamente la línea de gol. Hurst entró a la historia de los Mundiales al ser el primer jugador en anotar tres goles en una final.

Luego del fracaso de 1966, Brasil llegó a México con la intención de recuperar el trono perdido. En 1970, se pudo ver la mejor expresión de fútbol en la historia de los Mundiales por parte del equipo brasileño, que no solo fue Pelé y otros diez jugadores, pues también se consolidaron como figuras estelares Jairzinho, Tostao, Rivelino y Gerson, quienes encaminaron al ‘Scratch’ a su tercer título mundial. El rival en la final fue Italia, quien protagonizó para mucho el ‘Partido del Siglo’. Fue en la semifinal ante Alemania en el ‘Azteca’.

Italia anotó en el primer tiempo, Alemania en el segundo, de hecho, en el último minuto, y se fueron a tiempos extra, donde hubo cinco tantos. Los teutones le dieron la vuelta al 94’ por conducto de Gerd Muller, Tarcisio Burgnich empató a dos al 98’ y Luigi Riva provocó otra voltereta al 104’, Muller consiguió la igualada a tres en el 110’ y un minuto más tarde apareció Gianni Rivera para dejar cifras definitivas de 4-3.

Pero ese empuje mostrado en la semifinal, Italia no lo pudo repetir en la final ante Brasil. Apenas pudo terminar empatando 1-1 en el primer tiempo, pues en la segunda parte, Pelé y compañía sacaron a relucir su repertorio y con un 4-1 contundente, se llevaron el trofeo ‘Jules Rimet’ a casa para siempre.

Para 1974, se disputó el nuevo trofeo de la Copa del Mundo, que es el que se disputa en la actualidad. La cita fue en Alemania, país que buscaba su segundo título tras fracasar en la final de 1966 y la semifinal de 1970. Tal y como ocurrió en 1954 con Hungría, los alemanes se encontraron con un rival complicado y que había causado sensación en el certamen: Holanda. La ‘Naranja Mecánica’ fue para muchos, el equipo que debía consagrarse campeón en ese año, merced al ‘Fútbol Total’ desplegado por Johan Cruyff y compañía.

En la final, el ‘Fútbol Total’ de Holanda parecía imponerse al ‘Fútbol Fuerza’ de Alemania, que comandada por Franz Beckenbauer, ofrecía resistencia a las arremetidas holandesas. Cruyff forzó un penalti y Johan Neeskens lo convirtió apenas iniciado el partido. Pero los goles de Paul Breitner y el gran goleador Gerd Muller, le dieron la victoria a Alemania ante su público.

Para 1978, la FIFA designó a Argentina como organizador del Mundial. Sin embargo, la organización del torneo se vería afectada por el rechazo internacional a la dictadura militar que se había instalado en el país en 1976 y a las violaciones a los derechos humanos cometidas durante ese período por Jorge Videla.  Sin embargo, ningún país desertó, pero un jugador sí. Johan Cruyff decidió no participar con Holanda por el asunto ya mencionado. Sin embargo, la ‘Naranja Mecánica’ se sobrepuso a la ausencia de su mejor jugador y logró llegar por segunda vez consecutiva a la final, donde se enfrentó a Argentina.

El anfitrión llegó a la final de una forma muy dudosa. Tal incertidumbre se comenta hasta el día de hoy. En la llave semifinal, Argentina fue emparejada en la llave B con Brasil, Polonia y Perú, la sensación del certamen hasta ese momento. Para la última fecha, Brasil llegaba con una mejor diferencia de gol sobre los argentinos luego de su victoria sobre Polonia. Esto obligaba a los de Menotti a derrotar por 4 goles de diferencia a los peruanos en Rosario.

Aquella noche, en el ‘Gigante de Arroyito’ se escribió uno de los episodios más oscuros en la Copa del Mundo. Argentina iba ganando 4-0 a Perú y por si acaso, anotó dos más. Al final, fue un 6-0 vergonzoso que despertó la ira, sobre todo del DT brasileño Claudio Coutinho.

Al final, Argentina y Holanda definieron el Mundial en el estadio de River Plate. Fue 3-1 para los argentinos, pero también la ‘Naranja Mecánica’ pudo haberse llevado el trofeo a casa, si no fuera por el cabezazo de Nanninga que dio a parar en el palo derecho de Fillol. Mario Kempes fue la figura para una Argentina que por fin, llegó al techo de la gloria.

Lea la segunda parte de la Historia de los Mundiales

Por: Daniel Brown Mansilla (DePeru.com)




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