Macri viaja a España en busca de inversores

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, aterrizará el martes en España, ávido de inversiones y oxígeno político para enfrentar la recesión, las protestas sociales y causas judiciales, justo cuando el mundo vive la incertidumbre de la era Trump.

Desde los años 1990 España fue un inversor protagónico en Argentina, pero las relaciones bilaterales se enfriaron en la última década, entre otros factores por la nacionalización en 2012 de la petrolera YPF -adquirida en 1999 por la española Repsol-, durante la presidencia de Cristina Kirchner (2007-2015).

Con el lema "Argentina se abre al mundo", Macri viaja a España el 22, 23 y 24 de febrero acompañado por 200 empresarios de los sectores de alimentos, energía, infraestructura, farmacéutico, turismo, automotriz y software.

La tercera economía de América Latina, que cerró con una inflación de 40% en 2016, necesita inversiones.

No bastaron las claras señales al empresariado que envió Macri al asumir la presidencia en diciembre de 2015 de que su política liberal proponía borrar el modelo proteccionista de Néstor y Cristina Kirchner (2003-20015).

Estados Unidos es el primer inversor en Argentina y España el segundo con 13.145 millones de dólares, el 16% del total de la inversión extranjera, según un Informe Bilateral de 2015 de Inteligencia sobre Inversión Extranjera Directa al que accedió AFP.

Operan en las finanzas, la industria y los servicios. Pero el mundo parece cambiar de rumbo en la era Trump.

"El gobierno sigue parado en el mismo marco teórico (globalización). Pero desmejora el comercio global y se anuncia proteccionismo en Estados Unidos", dijo a la AFP Pablo Tigani, director de la consultora Hacer.

Menos pesimista es la firma española FocusEconomics: "El sector externo se está beneficiando de una mejor dinámica de la región en general".

El dilema de Macri es que no está tan lejos el comicio de medio término para renovar bancas del Congreso, en octubre y las encuestas señalan una caída de 16 puntos en su imagen positiva (42%), indicó un sondeo de la consultora CEOP.

El duro escenario explica que Macri busque un salvavidas en España y la Unión Europea. El miércoles se reúne con Rajoy y el rey Felipe VI. El jueves, con inversionistas.

- Viaje oportuno -

El primer viaje oficial a España se produce entre un alud de quejas, incluso de sus aliados peronistas y socialdemócratas del Congreso. Macri acaba de dar marcha atrás en dos casos que eran pesadillas para el gobierno, uno judicial por conflicto de intereses y otro jubilatorio.

Mandó a "fojas cero" y declaró nulo un acuerdo en el cual el estado concedía suculentos favores a su empresa familiar (Grupo Macri) para pagar cómodamente una deuda millonaria. Una fiscal lo calificó de "ruinoso" y "abusivo", y otro fiscal denunció penalmente al Presidente por presunto perjuicio al Estado.

Fue por la deuda de casi 300 millones de dólares originada cuando el Grupo Macri declaró en quiebra en 2001 al Correo, que tenía desde 1997 en concesión Franco Macri, padre del mandatario.

A este escándalo se le había sumado un recorte en el reajuste salarial de más de 6 millones de jubilados, que anuló el jueves.

Macri había mantenido un día antes una conversación telefónica con su par de Estados Unidos, Donald Trump, un viejo amigo en negocios inmobiliarios en la década de los años 80. Pactaron verse cara a cara en los próximos meses.

Ahora será recibido por el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, con el que suele repartirse elogios mutuos. Comulgan casi las mismas ideas políticas.

Con Trump y Rajoy, Macri busca la famosa "lluvia de inversiones". Es la que prometió al asumir hace 14 meses. Desde aquel entonces, la economía no dejó de desplomarse.

Se derrumbaron el consumo interno y la producción industrial, según estadísticas oficiales. Creció el desempleo y el malhumor social. El viaje a España es una brisa fresca.

"Ahora se da un enamoramiento de España con Macri", dijo al diario La Nación Ramón Puerta, embajador de Argentina en Madrid.

Los flujos de inversión extranjera española en Argentina presentan una trayectoria creciente en los últimos tres años. En 2015 crecieron un 34% respecto del año anterior, de acuerdo al informe divulgado por cancillería.