Desde París (AFP)

Los turistas vuelven a París

Con gesto decidido, las bailarinas del Moulin Rouge se arrancan los pantalones para quedarse en tanga de lentejuelas ante una sala llena a rebosar de turistas que vuelven en masa a París, dejando atrás el recelo de los meses que siguieron a los atentados.

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El mítico cabaret parisino Moulin Rouge, el 1 de octubre de 2014 - AFP/AFP/Archivos
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Con gesto decidido, las bailarinas del Moulin Rouge se arrancan los pantalones para quedarse en tanga de lentejuelas ante una sala llena a rebosar de turistas que vuelven en masa a París, dejando atrás el recelo de los meses que siguieron a los atentados.

"¡Baila, baila, París baila! La tropa de bailarinas de 14 nacionalidades diferentes entona el estribillo del primer número de este musical que se presenta cada noche sin interrupción desde 1999.

Bajo una luz tamizada, unos 900 espectadores seducidos por el espectáculo que ofrece este mítico cabaret parisino aplauden entusiasmados.

Después del verano de 2016 que fue "completamente catastrófico", el templo del cancán se reencuentra nuevamente con su público y registra un aumento de la asistencia del 15% desde enero, según el secretario general del Moulin Rouge, Jean-Victor Clerico.

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Varias personas se refrescan en una fuente en la plaza del Trocadero de París, el 26 de mayo de 2017 (AFP/AFP/Archivos)

"Hemos vuelto a los niveles de actividad del 2014 y 2015", antes de los atentados yihadistas que en los últimos dos años han dejado un total de 239 muertos, señala optimista Clerico.

Estas cifras alentadoras confirman la reactivación del turismo que se observa en la capital francesa en lo que va de año. Después de una caída del 5% de la ocupación en los hoteles parisinos en 2016, este 2017 podría batir récords.

El ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, también a cargo de la cartera de Turismo, estimó hace poco que Francia podría acoger este año a casi 90 millones de visitantes más que en 2015, un año con cifras históricas.

- Dar la palabra a los turistas -

En los cuatro primeros meses de 2017, París recibió 4,8 millones de turistas, un aumento del 4,1% en relación a 2016 y una de las cifras más altas de los últimos diez años.

Además, se batió un récord del número de turistas extranjeros con un aumento del 19%.

En el centro de la capital francesa, la oficina de turismo está siempre llena. "Estamos regresando progresivamente a una situación normal (...) incluso superior al período precedente a los atentados", explicó su director, Nicolas Lefebvre.

En un intento por mejorar la imagen de la "Ciudad de la Luz" en el extranjero, esta oficina ha puesto en marcha un ambicioso plan de reactivación del turismo.

"Hemos tratado de tranquilizar a las personas con testimonios de turistas de visita en París. La mejor garantía es dar la palabra a aquellos que han venido, son los mejores testigos y los mejores abogados de París", explicó.

Pero existe otra explicación de la reactivación del turismo: se ve un "fenómeno de habituación" después de los recientes atentados que han golpeado otras capitales europeas, incluyendo Londres, Berlín y Estocolmo.

"La repetición de este tipo de actos hace que sea casi parte del panorama y esto ya no impide que se organice un viaje a una ciudad europea y en particular a París".

- "No tengo miedo" -

Sentada en un restaurante en la prestigiosa avenida de los Campos Elíseos, Alexa Derby disfruta de la comida francesa y de temperaturas veraniegas. Afirma que se siente segura pese a que a apenas unos metros de donde está sentada, un policía fue abatido en abril por un yihadista.

"Por supuesto que se nos pasa por la mente, pero no me voy a esconder toda mi vida y dejar de viajar porque eso puede pasar en cualquier lugar del mundo", dice a la AFP.

Esta estadounidense de 25 años, que viaja acompañada de toda su familia, visita por primera Francia en un viaje organizado hace varios meses para el cumpleaños número 11 de Charlie, la más pequeña de esta familia procedente de Hawái, "que soñaba con ver la Torre Eiffel en su cumpleaños".

Un poco más lejos, varios furgones de la policía están estacionados frente a un puesto de periódicos. Agentes armados con rifles de asalto examinan los vehículos y los transeúntes que recorren la avenida.

Con gafas de sol y una gorra amarilla para protegerse de un sol abrasador, Rinkie Pollack, una californiana de 68 años, espera tranquilamente en un banco a su hija y nieta.

"No estamos seguros en ningún lugar del mundo. Fui a Israel y no tuve miedo, vine a París y he viajado un poco por todo el mundo", señaló.

"Si permitimos que los terroristas nos impidan viajar, son ellos los que ganan".




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