Desde Gorey (Jersey) (AFP)

Los pescadores de Jersey, preocupados por un Brexit que no se concreta

Tras vender sus bogavantes en la vecina Francia, Tim Corson vuelve con su pequeña embarcación a la isla británica de Jersey, donde muchos pescadores como él temen por su futuro ante la incertidumbre de un Brexit que no acaba de concretarse.

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Unos barcos de pesca franceses protestan cerca del puerto de Saint Helier, en la isla británica de Jersey, el 6 de mayo de 2021 - AFP/AFP/Archivos
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Tras vender sus bogavantes en la vecina Francia, Tim Corson vuelve con su pequeña embarcación a la isla británica de Jersey, donde muchos pescadores como él temen por su futuro ante la incertidumbre de un Brexit que no acaba de concretarse.

"Se va a prolongar otra vez, pero ¿qué va a pasar cuando ese nuevo plazo se acabe? Solo se está retrasando, retrasando, retrasando", se lamenta este pescador de 28 años, esbozando bajo la barba pelirroja una sonrisa que no oculta su preocupación.

Pese a pertenecer a la corona británica, las islas del Canal de la Mancha -Jersey y Guernsey- no son parte del Reino Unido y no votaron en el referéndum sobre el Brexit de 2016.

Sin embargo, mucho más cerca de las costas francesas que de las inglesas, están en primera línea de sus consecuencias.

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Tres pescadores franceses manejan una red a bordo de su barco cerca del puerto de Saint Helier, en la isla británica de Jersey, el 6 de mayo de 2021 (AFP/AFP/Archivos)

Nueve meses después de la salida del Reino Unido del mercado común, que debía reducir el acceso de los pescadores europeos a las aguas británicas, siguen sin saber cuántos de esos barcos, principalmente franceses, podrán faenar en la zona.

París pidió 169 licencias definitivas, pero las embarcaciones deben demostrar que ya pescaban aquí antes. Y a muchas le cuesta.

Un primer plazo, vencido el 30 de junio, provocó una masiva protesta de pescadores franceses que amenazó con virar a la batalla naval, con la presencia de la Armada británica y patrulleros galos.

Para calmar los ánimos, se acordó una prórroga de tres meses que expira el jueves.

Pero el gobierno de Jersey anunció este viernes que mientras algunos barcos aportaron pruebas suficientes, otros requieren más información. A estos se les concederá un nuevo permiso temporal hasta el 31 de enero.

Un tercer grupo, al que se rechazará la licencia, tendrá que dejar de faenar.

Los números de cada categoría se conocerán la próxima semana y en ese momento el conflicto podría volver a estallar.

"Se nos está agotando la paciencia, a los pescadores también, legítimamente", declaró esta semana el secretario de estado francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune.

- "Muy decepcionado" del Brexit -

"El Brexit complicó las cosas", se lamenta Corson mientras en el pequeño puerto de Gorey, dominado por verdes colinas y un castillo del siglo XIII, desembarca grandes bolsas de carnada compradas en Francia tras vender allí su pesca.

La flota de Jersey, unas cien barcas de corta eslora que mayoritariamente faenan solo de día, exporta sus langostas, cangrejos y vieiras a Europa a través de los puertos franceses.

Pero si no obtiene satisfacción, París dijo estar dispuesto a activar "medidas restrictivas" vía la Comisión Europea que hacen temer a estos pescadores por su supervivencia.

"Si perdemos nuestro mercado, vamos a vivir unos años muy duros hasta que encontremos una solución", afirma Corson.

En el mucho más industrial puerto de Saint Helier, capital de la isla, otros se preocupan por la competencia de unos pesqueros franceses de mayor tamaño y equipamiento.

"Los barcos grandes pueden faenar con cualquier tipo de tiempo, así que continúan cuando nosotros tenemos que parar porque en general solo pescamos de día", se lamenta Chris Casey, de 62 años, que con su barca de 6 metros pesca róbalos a la línea, "uno a uno".

"Son todos pesca sostenible", asegura, mostrando las etiquetas que, pinzadas a las agallas, dan total trazabilidad.

Algunos, como Don Thompson, presidente de la Asociación de Pescadores de Jersey, veían el Brexit con esperanza. Pero ahora se declara "muy decepcionado".

"Era una oportunidad de encontrar un equilibrio entre el tamaño de la flota de Jersey y el número de barcos extranjeros que faenan en nuestras aguas", defiende.

Pero 169 barcos franceses superarían con mucho a la flota local, denuncia, asegurando que solo unos 70 de ellos faenaban antes en la zona.

"La sostenibilidad de nuestras poblaciones de peces no es ideal actualmente", agrega Stephen Viney, pescador de 54 años.

"Si traemos más barcos a la zona, habrá más y más presión, y todos perderemos, porque se aplicarán restricciones", advierte, afirmando que "nadie tiene ningún problema" con los barcos franceses que ya faenaban aquí, como han hecho durante siglos, para ganarse la vida en estas ricas aguas junto a sus costas.




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